Vigilia de oración contra la trata de personas, en el Centro Arrupe Valencia Organizada por las entidades de la Iglesia en Valencia que acompañan a las víctimas de trata

Vigilia de oración contra la trata de personas, en el Centro Arrupe Valencia Organizada por las entidades de la Iglesia en Valencia que acompañan a las víctimas de trata

Olbier Hernández, en la vigilia de oración. (Firma fotos: A. Sáiz)

Las entidades de la Iglesia que trabajan en la diócesis de Valencia para ayudar y acompañar a las víctimas de la trata de personas celebraron ayer noche una vigilia de oración contra la trata, acto que se enmarca en las distintas actividades celebradas este mes con motivo de la VIII Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas.

La vigilia de oración se celebró en el Centro Arrupe de Valencia, ubicado en la Gran Vía Fernando el Católico, 78, de Valencia, con la participación de las entidades del Grupo de Trata de la Diócesis: Cáritas Diocesana, Villa Teresita, el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), Adoratrices-Fundación Amaranta y Cátedra Scholas Occurrentes de la Universidad Católica de Valencia (UCV).

Todas estas entidades trabajan coordinadas en la Archidiócesis y tejen una red contra la trata integrada en la Delegación Diocesana de Migraciones del Arzobispado de Valencia. Precisamente, en la vigilia tomaron parte representantes de las entidades acompañadas por el delegado episcopal de Migraciones, Olbier Hernández.

Además, con motivo de la Jornada Mundial, que este año lleva por lema “La fuerza del cuidado. Mujeres, economía, trata de personas”, el Grupo de Trata de la Diócesis de Valencia también se sumó el pasado 8 de febrero a la maratón de oración on line que se celebró en todo el mundo, siguiendo los diferentes husos horarios.

La maratón, que fue coordinada por Talitha Kum, red internacional de lucha contra la trata de personas, fue transmitida en directo en cinco idiomas (francés, inglés, italiano, portugués y español) en el sitio web  www.preghieracontrotratta.org y contó con la intervención del Papa Francisco.

Precisamente fue el Papa Francisco el que impulsó, en el año 2015, la celebración de este Día Mundial de Oración contra la Trata cada 8 de febrero, día de la memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, religiosa sudanesa víctima de la esclavitud que, una vez liberada, ingresó en la Congregación de las Hijas de la Caridad Canosianas.

Entidades de la Iglesia ayudan y acogen a víctimas de trata

Cáritas Diocesana de Valencia, a través del programa Jere Jere, atendió en 2021 a 97 mujeres en contexto de prostitución, muchas de ellas con indicios de ser víctimas de trata con fines de explotación sexual. Este programa, iniciado hace 21 años, ofrece “orientación sobre salud, formación y aspectos laborales y jurídicos, así como alternativas para poder salir de esa situación”, precisan desde Cáritas.

En la actualidad, en el equipo de Jere Jere (que significa “poco a poco” en la lengua Edo de Nigeria) participan dos trabajadoras sociales, una mediadora y una abogada especialista en trata, además de 9 voluntarios. Todos ellos acompañan a víctimas, “ofreciendo apoyo emocional y psicológico, trabajo de calle y formación, con clases de castellano, talleres de alfabetización y actividades de ocio y tiempo libre”.

Por otra parte, la comunidad Auxiliares del Buen Pastor-Villa Teresita acoge y acompaña a mujeres en situación de marginación y exclusión social, procedentes fundamentalmente de contextos de prostitución y/o víctimas de trata. A través de un programa específico atendieron en 2021 a cerca de 200 mujeres, señalan.

Cuentan con un equipo de 10 trabajadoras y 10 voluntarios que realizan “salidas a la calle, formación, apoyo escolar y acompañamiento”. Disponen de una casa-hogar, donde religiosas y acogidas comparten espacio y vida; un piso de emancipación; teléfono de emergencias 24 horas; y un Centro Social.

La Fundación de Solidaridad Amaranta, de las Religiosas Adoratrices, atendió en 2021 a más de 30 mujeres víctimas de trata. La casa de acogida que tienen en Valencia es, para las acogidas, “un espacio de vivienda normalizado y un lugar de residencia seguro y protegido, donde las acompañamos en su proceso de recuperación individual”. Además, desarrollan en un local un programa de inserción socio-comunitaria, con apoyo no residencial, “para las mujeres que están en la calle y para las que han salido de la casa de acogida” y disponen de un piso “donde tienen más autonomía”.

Igualmente, con la fundación colabora un grupo de voluntarios con clases de apoyo escolar, alfabetización, cultura general, aprendizaje de idiomas y actividades lúdicas.

El Servicio Jesuita a Migrantes colabora con programas de formación y en viviendas de emancipación, realizando trabajo en red con Villa Teresita y Cáritas Diocesana. Desde el servicio laboral detectan casos, valoran y derivan a recursos específicos. Por último, dentro del Grupo de Trata, la Cátedra Scholas Occurrentes de la UCV colabora con labores de sensibilización, especialmente con los jóvenes.