La parroquia de San Nicolás celebra el 25 aniversario de la restauración de su órgano con un ciclo musical Durante los domingos de febrero, por la tarde 

La parroquia de San Nicolás celebra el 25 aniversario de la restauración de su órgano con un ciclo musical Durante los domingos de febrero, por la tarde 

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Primer concierto del ciclo de órgano en San Nicolas

La parroquia de San Nicolás de Valencia celebra el 25 aniversario de la restauración de su órgano con un ciclo musical de conciertos que tendrán lugar los domingos del mes de febrero, a las 18:30 horas.

El contenido de los conciertos del ciclo musical “ahonda en la línea de ofrecer una representativa muestra del legado musical religioso valenciano, con especial deferencia por el conservado en el archivo musical de la parroquia, tanto en lo que respecta a la monodia, bien sea canto llano, gregoriano, o popular religioso, como a la polifonía y la música para órgano y otros instrumentos”, han indicado desde la parroquia.

También se ofrecerá una “ilustración musical, en torno al mensaje religioso que nos transmiten las imágenes que alberga el templo”, han explicado. El extenso repertorio universal está inspirado en numerosos pasajes bíblicos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento con singular referencia a las figuras de la Trinidad, a la Virgen María en sus distintas advocaciones, Sagrado Corazón de Jesús, San José o San Vicente Ferrer, imágenes todas ellas presentes en el templo.

Desde la parroquia aseguran que con esta iniciativa “se recupera así la tradición vespertina de retirarse y congregarse en el apacible atardecer dominical, para un encuentro consigo mismo y con los demás, con la ayuda que el arte proporciona a los sentidos”.

Los tradicionales Concerts Spirituels franceses, las Abendmusik alemanes, Siestas o Audiciones sacras españolas que se dieron antiguamente, fueron y siguen siendo propuestas, como hace ahora la parroquia, “para proteger nuestro espíritu del acuciante ajetreo diario”.

El 26 de noviembre de 1996, el  Arzobispo de Valencia el cardenal Agustín García Gasco, bendecía en San Nicolás la restauración del órgano histórico, cuya labor se había encomendado a “expertos muy cualificados”, tanto por lo que afectaba a la artística y valiosa fachada como a los elementos musicales propios del instrumento.

Precisamente “estas manos tan cualificadas fueron las del maestro organero Gabriel Blancafort i París, quien fundó su propio taller y realizó restauraciones de órganos de gran relevancia como el de la Catedral de Barcelona, Mallorca o Alcalá de Henares”.

Hoy en día, su hijo Albert Blancafort, continua esta saga familiar y se encarga del mantenimiento, limpieza y ajustes del órgano de San Nicolás. Precisamente él formó parte de esta compleja restauración.

El órgano data del siglo XV 

Según la documentación de la que se dispone, la parroquia de San Nicolás ha contado con un órgano desde antes del año 1478, fecha en la que se contrató al pintor Pedro Cabanes para la adecuación de las puertas de los órganos.

En el año 1547 se contacta con el organero aragonés Pedro Serrano. Desde entonces, sin cambiar de ubicación, se sucedieron diferentes reformas hasta su casi total desaparición en la Guerra Civil de 1936. Cuatro siglos de servicio a la parroquia y casi sesenta años de ausencia fueron las cifras hasta su recuperación en 1996.

Según ha explicado Albert Blancafort, “guardo muy buen recuerdo de la gestación y construcción de este instrumento y recuerdo cuando nos reunimos por primera vez con su promotor, el rector José María Sarrió, el organista Vicent Ros y mi padre, el maestro organero Gabriel Blancafort, en una terraza de la plaza de la Reina para esbozar lo que tendría que ser un nuevo órgano para San Nicolás”. “La colocación del órgano era a la valenciana, es decir, en un lateral del presbiterio y con un cuerpo gemelo, pero meramente decorativo, al otro lado”, ha explicado.

Por otro lado, también ha recordado que “se dotó de un nuevo instrumento con tres manuales y pedalero completo, con una registración al estilo barroco y muchos registros partidos y de la restauración de la caja se encargó el hermano del rector, Eduard Sarrió, de Algemesí”. “Se firmó el contrato en mayo de 1995 y inició la construcción en nuestro taller hasta el mes de setiembre de 1996, cuando se trasladó a la iglesia para su instalación”, ha concluido.