Mons. Salinas imparte los ministerios de lectorado y acolitado a cinco aspirantes a diáconos permanentes En el transcurso de una misa en la Basílica del Sagrado Corazón

Mons. Salinas imparte los ministerios de lectorado y acolitado a cinco aspirantes a diáconos permanentes En el transcurso de una misa en la Basílica del Sagrado Corazón

El obispo auxiliar emérito de Valencia mons. Javier Salinas ha impartido los ministerios de lectorado y acolitado a un total de cinco aspirantes a diáconos permanentes.

Durante la celebración de la eucaristía, en la Basílica del Sagrado Corazón, un aspirante a diácono permanente ha recibido el ministerio de “lector” y cuatro el de “acólito”, según ha indicado Miguel Navarro, presidente de la comisión para el Diaconado Permanente.

El “lector” es el encargado de leer la Palabra de Dios en la asamblea litúrgica, instruyendo además a los fieles para recibir los sacramentos y el “acólito” ayuda al diácono y al sacerdote en el altar y, de modo extraordinario, distribuye la Comunión y expone el Santísimo para la oración, además de instruir a todos los fieles sobre la Eucaristía.

Ordenación como diáconos permanentes

El siguiente paso después de tener los dos ministerios ya es la ordenación como diáconos permanentes.

Tras la ordenación, los diáconos permanentes reciben el encargo de distribuir la Comunión como ministros ordinarios, de presidir celebraciones exequiales y administrar los sacramentos del Matrimonio y Bautismo en las parroquias de la diócesis que les son destinadas por el Arzobispo.

En la actualidad, la diócesis de Valencia cuenta con más de 30 diáconos permanentes y cerca de una quincena de aspirantes que se forman para poder recibir su ordenación.

El Concilio Vaticano II restableció el ministerio del Diaconado Permanente que en los últimos años se ha implantado en las diócesis españolas. En la diócesis de Valencia, el cardenal arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, firmó el Decreto de Instauración del Diaconado Permanente en febrero de 2005.