Jóvenes valencianas recaudan fondos para colaborar con las Hijas de la Caridad en la reconstrucción de escuelas infantiles en Mozambique A través de una carrera solidaria virtual cuyas inscripciones estarán abiertas hasta el 13 de junio 

Jóvenes valencianas recaudan fondos para colaborar con las Hijas de la Caridad en la reconstrucción de escuelas infantiles en Mozambique A través de una carrera solidaria virtual cuyas inscripciones estarán abiertas hasta el 13 de junio 

Jóvenes valencianas que desde hace varios años colaboran en verano, a través de voluntariado misionero, con las Hijas de la Caridad en la ciudad de Nacala-Porto, en Mozambique, han organizado una carrera solidaria virtual para recaudar fondos para la reconstrucción de escuelas infantiles en el barrio de Ontupaia que quedaron arrasadas tras el paso del huracán tropical Gombe el pasado mes de marzo.

La tormenta tropical “arrasó la ciudad de Nacala, la ‘escolinha’ y las casas de muchos profesores que son para nosotros familia, por eso queremos enviar un ‘huracán de ayuda’ gracias a los donativos que se recojan a cambio de dorsales para participar en la carrera virtual, cuyas inscripciones estarán abiertas hasta el próximo 13 de junio”, explica Mireia García, profesora de Religión en Benetússer, que ha viajado cuatro veces a Mozambique.

En 2017, después de vivir un verano de voluntariado misionero en Nacala, pusieron en marcha el “Proyecto Ontupaia” para ayudar desde Valencia a las Hijas de la Caridad y su labor educativa y de acogida a niños y familias, y también al centro de salud Akumi que rigen las religiosas en Nacala donde atienden a mujeres embarazadas y niños que, en su mayoría, son portadores del VIH, y también enfermedades como la malaria, el tifus y la tuberculosis. 

Ahora, con esta carrera solidaria, “además de recaudar fondos para arreglar los desperfectos causados por el huracán, queremos seguir difundiendo este ‘Proyecto Ontupaia’ porque necesitan nuestra ayuda”, destaca Mireia, que volverá a viajar a Mozambique el próximo mes de julio. Y no es la única: en esta aventura se han embarcado en los últimos años María del Mar, Mar, Javi, Anna y María y tienen las puertas abiertas a todas las personas interesadas en sumarse.

Colaborar es sencillo: para inscribirse en la carrera virtual -el plazo termina el 13 de junio- hay que rellenar el formulario disponible en el perfil de Instagram de Proyecto Ontupaia @ontupaia y realizar el pago de 5 euros por el dorsal a través de ingreso o transferencia al número de cuenta ES82 3159 0011 1928 2922 6022. Después se puede escoger el día y lugar para realizar la carrera, andando o corriendo una distancia de 5 kilómetros. 

La importante labor de las ‘escolinhas’

El primer objetivo del “Proyecto Ontupaia” fue construir en condiciones decentes nueve escuelitas infantiles (‘escolinhas’) en diferentes puntos de Nacala. La mayoría estaban construidas con adobe y cañas y no resistían las condiciones climáticas por lo que era necesario construirlas con bloques y chapa para garantizar unas mejores condiciones. Tras conseguir ese objetivo, consiguieron también el siguiente: dotarlas de equipamiento. 

Las escuelitas ofrecen Educación Infantil a menores de 6 años en situación de riesgo social y la mayoría sólo hablan macúa, su lengua materna, lo que supone una dificultad a la hora de acceder a la enseñanza Primaria en portugués. Esto, unido a la falta de estimulación precoz y las deficiencias propias del sistema educativo, hace que los niños y niñas tengangrandes carencias en el proceso de aprendizaje, llegando, en muchos casos, a encontrarse alumnos de 10 años sin saber leer ni escribir.

Las escuelitas ofrecen Educación Infantil a menores de 6 años en situación de riesgo social y la mayoría sólo hablan macúa, su lengua materna, lo que supone una dificultad a la hora de acceder a la enseñanza Primaria en portugués. Esto, unido a la falta de estimulación precoz y las deficiencias propias del sistema educativo, hace que los niños y niñas tengan grandes carencias en el proceso de aprendizaje, llegando, en muchos casos, a encontrarse alumnos de 10 años sin saber leer ni escribir. 

En las escuelas inician a los alumnos en el aprendizaje del portugués; estimulan el desarrollo psicomotor en menores de 6 años; desarrollan habilidades sociales; e implican a la comunidad local.