Finaliza en Moncada el campamento de verano «Anawin» para niños y adultos con discapacidad intelectual En el Seminario La Inmaculada, con familiares y voluntarios

Finaliza en Moncada el campamento de verano «Anawin» para niños y adultos con discapacidad intelectual En el Seminario La Inmaculada, con familiares y voluntarios

El campamento de verano “Anawin”, organizado por el movimiento católico Fe y Luz, ha finalizado su séptima edición celebrada en el Centro de Convivencias Diocesano “Galilea”, ubicado en el Seminario Mayor de Moncada, con la participación de 20 niños y adultos con discapacidad intelectual, con sus familias, y 25 voluntarios.

Durante una semana todos ellos han compartido diferentes actividades con los «Anawines», que significa en arameo “hombre pobre, cuya riqueza es tener a Dios”, entre ellas, una salida a la playa, talleres y juegos, así como dinámicas en torno a las Parábolas, misas, oraciones y adoración del Santísimo, indica el sacerdote Carlos Bou, del movimiento Fe y Luz, que participa en esta iniciativa desde su puesta en marcha en 2014.

Este verano el campamento “llevaba por lema ‘El Reencuentro’, ya que los dos años anteriores no pudimos celebrarlo por la pandemia, y ha sido una bendición de Dios», precisa Bou, que ha agradecido el trabajo de los voluntarios.

Origen del campamento “Anawin”

Esta iniciativa surgió de la Familia Consolación “formada por laicos que anuncian a Jesucristo a los que padecen cualquier necesidad”; de las comunidades de Fe y Luz Valencia, que centran su labor en familias con hijos que tienen discapacidad intelectual, movimiento que se ha constituido en el Foro de Laicos del Arzobispado bajo la denominación “Puerta del Cielo”; el Cottolengo del Padre Alegre de Valencia, que acoge a personas con discapacidad; además del Seminario Metropolitano “La Inmaculada” y numerosos voluntarios y amigos de diferentes parroquias de la diócesis y carismas.

La primera edición del campamento “Anawin” nació en 2014 a raíz de las Pascuas de servicio que realizaban las Hermanas de la Consolación en comunión con las comunidades de Fe y Luz, con la colaboración de los sacerdotes Camilo Ruiz y Jorge López, que entonces eran seminaristas, al igual que Carlos Bou, y hoy en día ya son presbíteros diocesanos.

En este proyecto también colaboran la Basílica de la Virgen de los Desamparados y Cáritas.