Familias cristianas con hijos con discapacidad celebran la Semana Santa En la parroquia San Miguel y San Sebastián

Familias cristianas con hijos con discapacidad celebran la Semana Santa En la parroquia San Miguel y San Sebastián

Familias cristianas con hijos con discapacidad han celebrado en estos días de la semana Santa, las celebraciones y el Triduo Pascual, reunidos en la parroquia de San Miguel y San Sebastián de Valencia.

El Jueves santo celebraron la Cena del Señor, con los lavatorios entre los padres, hijos y el presbítero. El Viernes participaron en un Via Crucis con los jóvenes y en la Adoración a la Cruz y el Sábado celebraron una Vigilia Pascual adaptada a los “anawines”, vivida con mucha intensidad

Igualmente, el Domingo celebraron la Resurrección del Señor “con una eucaristía llena de alegría y con una comida de Hermandad entre las familias, los voluntarios y los anawines”, afirman desde la organización.

Entre otras iniciativas, las personas con discapacidad intelectual, los “anawines” -que significa en arameo “hombre pobre, cuya riqueza es tener a Dios”- comparten con sus familias, con los voluntarios y sacerdotes días de convivencia y actividades todos los años en el campamento Anawin dentro del Seminario Mayor.

Origen del campamento “Anawin”

Esta iniciativa surgió de la Familia Consolación “formada por laicos que anuncian a Jesucristo a los que padecen cualquier necesidad”; de las comunidades de Fe y Luz Valencia, que centran su labor en familias con hijos que tienen discapacidad intelectual, movimiento que se ha constituido en el Foro de Laicos del Arzobispado bajo la denominación “Puerta del Cielo”; el Cottolengo del Padre Alegre de Valencia, que acoge a personas con discapacidad; además del Seminario Metropolitano “La Inmaculada” y numerosos voluntarios y amigos de diferentes parroquias de la diócesis y carismas.

La primera edición del campamento “Anawin” nació en 2014 a raíz de las Pascuas de servicio que realizaban las Hermanas de la Consolación en comunión con las comunidades de Fe y Luz, con la colaboración de los entonces seminaristas y hoy ya sacerdotes diocesanos Camilo Ruiz, Jorge López y Carlos Bou.