El SAMIC duplica el número de alumnos en su quinto curso de formación Se han incorporado gran número de matrimonios que acompañan, una respuesta pastoral para las familias heridas

El SAMIC duplica el número de alumnos en su quinto curso de formación Se han incorporado gran número de matrimonios que acompañan, una respuesta pastoral para las familias heridas

Más de 75 personas han participado en la última edición, la quinta, del Curso de Experto en Acompañamiento y Mediación que organiza el Servicio de Acompañamiento y Mediación Canónica (SAMIC) de la Archidiócesis de Valencia. La participación este año ha duplicado su número respecto a los matriculados en la anterior edición.

Un dato que confirma el interés de esta formación es que entre los participantes ha habido quince matrimonios. Estas parejas que acompañan suponen «una respuesta pastoral muy útil para las necesidades de las familias heridas» señalan desde el SAMIC.

Los organizadores del curso manifiestan su «satisfacción y agradecimiento a los obispos de las diferentes diócesis que han confiado al SAMIC la formación de sus diocesanos». También agradecen su interés «a todos los alumnos que, desde el ámbito profesional, parroquias y movimientos se han matriculado en esta última edición».

Doce diócesis españolas han estado representadas en este Curso de Experto en Acompañamiento y Mediación: Valencia, Madrid, Barcelona, Valladolid, Zaragoza, Cartagena, Vitoria, San Sebastián, Canarias, Ibiza, Mallorca, Tortosa y Segorbe – Castellón.

Entre los participantes, profesiones variadas: abogados, jueces, mediadores, profesores, médicos, enfermeros, militares, psicólogos, ingenieros y también sacerdotes.

Destacan los responsables del SAMIC la presencia de ‘matrimonios que acompañan’, dando respuesta así a la petición que ha realizado el papa Francisco a través del Dicasterio Laicos, Familia y Vida que, en su documento de 15 de junio de 2022, Itinerarios Catecumenales, en el nº 89 indica:

«Para ello, también es urgente poner en marcha proyectos de formación destinados a las parejas que acompañan tanto a los que están en crisis como a los separados, con el fin de crear las condiciones para un servicio pastoral que responda a las necesidades de las familias. La atención debe ser doble: a los cónyuges en dificultad, pero también a los hijos, cuando los haya. Estos han de ser acompañados con un diálogo psicológico y espiritual capaz de captar su malestar personal y familiar y apoyarlos».

Esta nueva necesidad ha propiciado que el SAMIC amplíe las materias de formación, en relación a años anteriores. Se han creado asignaturas específicas y talleres prácticos «para que este numeroso grupo de matrimonios en formación adquiera todas las habilidades necesarias para realizar una eficaz y fructífera labor de acompañamiento pastoral a las familias en crisis».

Indican desde el Servicio de Acompañamiento y Mediación que en algunas diócesis «han sido los propios vicarios episcopales los que han elegido el matrimonio que debía formarse». La finalidad no es otra que realizar esta novedosa labor de acompañamiento dentro de la pastoral familiar.

En este contexto, Francisco y María Ángeles, uno de los matrimonios que han participado en el curso procedentes de la Diócesis de Cartagena, explican que conocieron la formación del SAMIC gracias a su vicario de familia y vida, Ángel Molina, y decidieron matricularse porque «los matrimonios necesitan de otro matrimonio con el que puedan hablar de su situación y recibir un acompañamiento espiritual». «Pensamos que hacen falta matrimonios que estén bien formados de acuerdo con una antropología adecuada y conforme al magisterio de la Iglesia, para dar una respuesta a tantos matrimonios que la necesitan».

En esta edición el SAMIC ha querido consolidar su proyecto de combinar la ayuda de los profesionales a las Familias heridas, junto con el acompañamiento de matrimonios formados según su metodología. «Los resultados de las primeras intervenciones, según esta experiencia, están siendo muy esperanzadores», explican los responsables. Las familias en dificultad manifiestan que «por primera vez se sienten realmente acompañadas por la Iglesia de una forma cercana a sus realidades cotidianas». El hecho de que un matrimonio, designado por el SAMIC, les ofrezca una ayuda «añadida a la de los especialistas y en total coordinación con los mismos», es un gran apoyo para estas familias con dificultades dentro de «esa ardua tarea de lograr la reconciliación o reducir el nivel de conflicto intrafamiliar».

El SAMIC ha adquirido el compromiso de mantener reuniones de trabajo y realizar un seguimiento exhaustivo de los casos con estos matrimonios que acompañan y de realizar sesiones de talleres prácticos para fortalecer y profundizar sus conocimientos.