Colecta extraordinaria por Ucrania en las parroquias, el 19 y 20 de marzo La diócesis pone al servicio de las familias ucranianas desplazadas espacios y hogares

Colecta extraordinaria por Ucrania en las parroquias, el 19 y 20 de marzo La diócesis pone al servicio de las familias ucranianas desplazadas espacios y hogares

Las parroquias de la archidiócesis de Valencia destinarán las colectas de las misas de este fin de semana a ayudar a Ucrania tras la convocatoria del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, que recuerda que la diócesis de Valencia ha puesto al servicio de las familias desplazadas espacios y hogares para su acogida.

Así, la diócesis valenciana ha dispuesto que el tercer domingo de Cuaresma se haga una colecta extraordinaria de los fieles para enviar lo recaudado, en metálico, para Ucrania, a través de Cáritas.

En cuanto a los espacios habilitados de momento para dar acogida a los refugiados se incluyen colegios en la ciudad de Alcoi; una residencia de un colegio cedido por religiosas Hijas de la Caridad; un monasterio cedido recientemente a la diócesis por las Madres Dominicas en Torrent; la Casa de Espiritualidad La Purísima en Alaquàs, cedido por los Jesuitas al Ayuntamiento de Valencia, entre otros, además de que son varias las parroquias que están abriendo sus puertas ante esta crisis humanitaria.

Las plazas ofrecidas se encargarán también de proporcionar alimento, ropa, abrigo y, en la medida de lo posible, trabajo, y gestión de papeles, etc. El trabajo se realiza conjuntamente con Cáritas Diocesana, tras la creación de una Comisión Diocesana entre el Arzobispado de Valencia y la entidad caritativa que canalizará las ayudas.

“Trabajar por la paz es inseparable de la caridad y la Iglesia no puede ni quiere ni debe quedarse atrás”, afirma el cardenal Cañizares.

“Hemos de ayudar a Ucrania, hemos de acoger a las víctimas de esta guerra gravemente injusta, en extremo para Ucrania. Todos debemos contribuir, en lo que nos sea posible, a la paz, a paliar las heridas, sufrimientos, destrucciones y dolores angustiosos, en particular en niños, ancianos, mujeres y familias. Todos nos sentimos llamados a colaborar y ayudar con ese millón largo de personas que han tenido que dejar su ciudad o su pueblo, su patria, sus casas, todo, y huir a otros países que los acojan y les den cobijo y calor de hogar”, añade el Arzobispo.