Colegios diocesanos de Valencia ofrecen una escuela de verano “diferente” a hijos de familias vulnerables Los centros Santiago Apóstol del Cabanyal y Nuestra Señora de los Desamparados de Nazaret abren sus puertas en el mes de julio

Colegios diocesanos de Valencia ofrecen una escuela de verano “diferente” a hijos de familias vulnerables Los centros Santiago Apóstol del Cabanyal y Nuestra Señora de los Desamparados de Nazaret abren sus puertas en el mes de julio

  • Les ofrecen desayuno, almuerzo y comida, refuerzo escolar, juegos, deporte y educación en hábitos saludables 

Colegios diocesanos de la Fundación San Vicente Mártir de Valencia ofrecen una nueva edición de su iniciativa “Un verano diferente” para ofrecer estos meses de vacaciones escuelas abiertas donde atender a los hijos de familias en situación de vulnerabilidad.

Así, para muchas familias sin recursos el fin del curso escolar supone también el final de la beca de comedor y les resulta complicado hacer frente a las necesidades básicas de sus hijos, fundamentalmente, su alimentación.

Ante esta situación,  “Un verano diferente” les ofrece desayuno, almuerzo y comida junto a actividades, refuerzo escolar,  y diversión para los más pequeños.

Actualmente, los colegios diocesanos Santiago Apóstol del Cabanyal y Nuestra Señora de los Desamparados de Nazaret abren sus puertas sumándose a la iniciativa que desarrollarán hasta la última semana de julio.

‘Un verano diferente’ se puso en marcha hace siete años desde la Fundación ‘San Vicente Mártir’ Colegios Diocesanos, la Universidad Católica de Valencia (UCV), y Cáritas Diocesana con el objetivo de ayudar a los niños y niñas cuyas familias, por su situación social o económica, se encuentran en especial vulnerabilidad y requieren de apoyo en vacaciones.

Educación también en hábitos saludables y deporte

En estos dos colegios, además de ofrecer desayuno, almuerzo y comida, llevan a cabo actividades complementarias con los niños para educar en hábitos saludables y comparten momentos de ocio y deporte.

Tanto es así, que en el colegio Santiago Apóstol, esta primera semana, los niños y niñas, desde los más mayores hasta los más pequeños, están aprendiendo a jugar al baloncesto gracias a la colaboración del Campus Social Kellog’s y del campus de basket María Pina- que hasta hace un año jugaba en la élite de nuestro baloncesto- quien ha puesto a disposición del centro tanto equipamiento deportivo como entrenadores para enseñarles aspectos básicos, habilidades y fundamentos del deporte de la canasta.

“Esta colaboración con el Campus Social Kellog’s nos da la posibilidad de que los niños estén una semana practicando un deporte, en este caso el baloncesto”, explica Lorena Tejedor, profesora del centro y coordinadora de esta edición de ‘Un verano diferente’. “Es una forma de que los niños se ejerciten e interactúen entre ellos. Además, en esta primera semana en la que algunos no se conocen entre ellos favorece el que comienzan a crear esos primeros lazos de amistad”, puntualiza.

Iniciativa abierta al barrio y a las parroquias cercanas

Además, los colegios no abren sus puertas solo a los alumnos del centro sino también a aquellas familias del barrio que lo necesitan.

“Hemos ido viendo cómo poco a poco el perfil de las familias que formaban parte de esta iniciativa ha ido cambiando y eso, en parte, también beneficia a los propios niños. Es una manera de romper con ciertos prejuicios y de favorecer la integración y es algo que es muy positivo tanto para nuestros alumnos como para los niños que vienen de otros colegios”.

Este aspecto también es compartido por Víctor Gil, profesor del colegio Nuestra Señora de los Desamparados. “Estamos abiertos al barrio y a las parroquias cercanas. Son ellas las que, a través de la Cáritas parroquiales, nos derivan a las familias que consideren que tienen necesidad y que pueden formar parte del proyecto”, comenta.

“Ciertamente hay un cambio, yo diría que viene condicionado con el tiempo de antes de la pandemia y tras la pandemia. Tras la pandemia ha aumentado el número de niños que participan en ‘Un verano diferente’, que tienen necesidades sociales que no están cubiertas. Y tanto ésta, como otras iniciativas que se realizan en la parroquia en el mes de agosto como es el campamento de los Scouts, son importantes para la integración y para su desarrollo personal”.

Apoyo de voluntarios

Toda la actividad -clases de inglés, juegos, talleres, repaso, guerras de globos de agua, etc. – puede llevarse a cabo gracias a los voluntarios que aparcan sus vacaciones para dedicar su tiempo a los más pequeños.

Su procedencia es diversa, desde jóvenes que ya son voluntarios a lo largo del curso escolar hasta estudiantes de la Universidad Católica de Valencia pasando por chicos y chicas que llegan desde Comunidades Parroquiales de Tafalla y Burlada (Pamplona) y la ONG de los Misioneros Redentoristas.

Alumnos del colegio Santiago Apóstol (Foto: Alberto Sáiz)

Generosidad de los valencianos

Además de diversión, las familias que participan en ‘Un verano diferente’ saben que sus hijos “van a poder disfrutar de una dieta saludable y que el desayuno, el almuerzo y la comida están garantizadas”, comenta Lorena. Estas comidas se sufragan a través de Cáritas Valencia “y gracias a la generosidad del pueblo valenciano”, indica Ignacio Grande, presidente de la entidad sociocaritativa.

“Nosotros lo que estamos haciendo es seguir las instrucciones que nos dijo en su momento don Antonio Cañizares y que, ahora, nuestro Arzobispo, don Enrique, ha querido continuar con esta iniciativa tan bonita y sufragar estos gastos de mantener abiertos los colegios en el periodo vacacional y garantizar la alimentación adecuada del alumnado con el desayuno, el almuerzo y la comida que corre a cargo de Cáritas”.

El objetivo principal es “dar respuesta a las familias que se encuentran en situaciones económicas complicadas y por tanto sus hijos están también en situación de vulnerabilidad y generar un espacio para que los chavales estén acompañados a la vez que se garantiza la manutención cuando el comedor escolar cierra”.