Clausura del proceso diocesano del sacerdote valenciano José Soto Chuliá en la Catedral Presidido por el Arzobispo

Clausura del proceso diocesano del sacerdote valenciano José Soto Chuliá en la Catedral Presidido por el Arzobispo

El arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, ha presidido esta mañana en la Catedral, la sesión de clausura del Proceso Diocesano de Beatificación y Canonización del sacerdote valenciano José Soto Chuliá.

La sesión de apertura de este Proceso tuvo lugar en 2010 y en ella se nombró el Tribunal encargado de instruir dicha causa y la Comisión Histórica, cuya misión ha consistido en “reunir toda la información testimonial y documental sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad del Siervo de Dios. Este Proceso seguirá su curso en la Curia Romana”, explican desde la delegación diocesana para las Causas de los Santos del Arzobispado.

 Como ocurrió en 2010, esta sesión “han acudido cientos de fieles vinculados a las obras apostólicas de José Soto Chuliá”.

Además, ha sido retransmitido por el canal Youtube de la Catedral “para que pudiera ser seguido por los fieles de otros países, principalmente de Latinoamérica”. 

José Soto Chuliá

El Siervo de Dios José Soto Chuliá nació en el barrio valenciano de La “Fonteta” de San Luis, el 28 de octubre de 1887. Ese mismo día recibió el bautismo. Se preparó para el sacerdocio en el Seminario de Valencia. Desde seminarista “sintió el deseo de ayudar a los sacerdotes a vivir con santidad su vocación y misión”. El 12 de marzo de 1910 recibió la ordenación sacerdotal. 

Fue párroco de Bolulla y El Cabañal. En 1919 se trasladó a la diócesis de Málaga con la finalidad de ayudar espiritualmente al clero. De 1920 a 1950 fue director espiritual del Seminario de Málaga, “velando también por la formación continua de los presbíteros que salían del mismo”. A partir de 1950 “se dedicó intensamente al apostolado sacerdotal por varias diócesis de España, mediante convivencias, reuniones y diálogos, y dirigió a mujeres vírgenes, jóvenes y matrimonios, siempre en función de ayudar al sacerdote en su vida y ministerio”. 

Fundó tres asociaciones de fieles para asistir al sacerdote diocesano: Obra de Santa Teresa, Obra de San Juan de Ávila y Fraternidad Sacerdotal San Juan de Ávila. Estas Obras están difundidas actualmente por distintos países de Hispanoamérica y Europa. 

Falleció el 23 de agosto de 1975. Su cuerpo reposa en el oratorio de Villa Santa Teresa, en Torrent (Valencia), donde vivió los últimos años de su ministerio sacerdotal. 

Recordamos unas palabras sobre su principal vocación y misión: “Yo no tengo otro tema de conversación que éste: vivir nuestra consagración bautismal. ¿Bautizado? Luego santo y apóstol. El ser santo y apóstol es una exigencia vital del bautismo. No son unos votos, ni el pertenecer a una asociación, lo que me obliga a ser santo, a ser apóstol, sino mi bautismo, mi filiación divina”.