Mons. Benavent: «Uno de los retos que la Iglesia tiene en el momento actual es precisamente ganarse la confianza de la sociedad» Preside la apertura del Año Judicial Eclesiástico, en Capitanía General

Mons. Benavent: «Uno de los retos que la Iglesia tiene en el momento actual es precisamente ganarse la confianza de la sociedad» Preside la apertura del Año Judicial Eclesiástico, en Capitanía General

El Arzobispo ha presidido la Apertura del Año Judicial del Tribunal Eclesiástico de Valencia (Firma: Alberto Sáiz)

El arzobispo de Valencia, mons. Enrique Benavent, ha señalado este viernes, al presidir el solemne acto de Apertura del Año Judicial del Tribunal Eclesiástico, que “uno de los retos que tenemos todos, las instituciones públicas y también la Iglesia, es ganarnos la confianza, que sus instituciones se ganen la confianza. La sociedad debe tener confianza en sus poderes públicos, confianza porque ve que buscan el bien. Es necesaria la confianza de la administración de justicia y uno de los retos que también la Iglesia tiene en el momento actual es precisamente ganarse la confianza de la sociedad”.

Respecto a las relaciones de la Iglesia con los poderes públicos, mons. Benavent ha señalado que “muchas de las situaciones que hoy estamos viviendo tienen un referente histórico. Y mirando la historia es como aprendemos a desdramatizar el presente, con serenidad y con esperanza. Pero, sobre todo, creo que nos tiene que hacer pensar, en el fondo, la relación siempre existirá, y cuando hay relación, siempre hay puntos de acuerdo y siempre hay momentos de tensión. Pero afrontando el futuro con esperanza, desdramatizando los problemas, podemos vivir en paz”.

“El ideal de justicia tiene que estar presente tanto en la vida pública como en la vida de la Iglesia. Tampoco en la Iglesia podemos caer en arbitrariedades. La Iglesia contribuye a la realización de la justicia en la sociedad con una reflexión sobre su doctrina social y además la Iglesia tiene que administrar justicia justamente. Y eso también me parece que es una responsabilidad, una aspiración de toda autoridad civil”, ha destacado el Arzobispo.

El Arzobispo y mons. García Magán (Firma: Alberto Sáiz)

El Arzobispo de Valencia ha destacado que “tiene que haber un respeto a la autonomía de la Iglesia y a la autonomía del Estado. Respeto no significa que tengamos que estar siempre de acuerdo en todo, sino desde nuestra doctrina, sin ninguna voluntad coercitiva ni de imponer. La Iglesia tiene que respetar la autonomía del Estado, del poder público, está claro que todos, Iglesia y poder público, tenemos un límite en el ejercicio de nuestro poder: los derechos de la persona”.

Mons. Benavent se ha referido a que “la autoridad legislativa debe buscar la promulgación de leyes justas. Es bueno que nos conozcamos, que dialoguemos, que tengamos estos momentos de encuentro movidos por ese deseo de justicia”.

En este sentido ha destacado que “es una obligación el derecho a la libertad y un derecho especialmente importante, la libertad religiosa y de conciencia correctamente interpretada. Hoy hay una tendencia a reducir la libertad religiosa a una libertad de culto, es una interpretación minimalista. El derecho a la libertad religiosa exige también el derecho de cada cual a formarse su propia opinión sobre los problemas de la sociedad y a expresar libremente su opinión. El derecho de asociación de los miembros de una misma religión, fundar asociaciones e instituciones para vivir más perfectamente su ideal de vida religiosa. El derecho evidentemente de los padres a educar a sus hijos según sus condiciones religiosas. Y la limitación del poder del Estado que no puede utilizar todos los instrumentos que tiene a su alcance para difundir, imponer una determinada visión de la vida o una determinada visión de los valores morales. El respeto del Estado a la libertad religiosa exige el respeto a todas las opiniones que en las cuestiones morales o en las cuestiones que se debaten en la sociedad puedan tener los ciudadanos de una sociedad y en ese ámbito es posible el diálogo, es posible la convivencia respetuosa y el diálogo para buscar el bien de la persona. Porque aquí hay un horizonte que también es común al Estado y a la Iglesia y es que todos buscamos el bien de las personas. Todos queremos estar al servicio de las personas, al servicio de las familias, al servicio de cada uno de los miembros que forman parte de nuestra sociedad”.

Respecto a la memoria judicial, ha señalado que “en la Iglesia también somos conscientes de que no basta una administración fría de la justicia. Detrás de cada causa judicial hay muchas personas, hay muchas veces un drama, hay frecuentemente mucho sufrimiento. Cuando en una sociedad la institución familiar tiene estabilidad, es una institución familiar, recogida, vivida, acompañada, protegida, eso es una fuente de felicidad para las personas. Y también en la Iglesia, una familia que se integre bien en la vida de la Iglesia es también importantísima para la evangelización. El Estado y la Iglesia estamos también al servicio de las familias, qué importante, y esto los tribunales eclesiásticos son conscientes en su actividad diaria, que tiene que ser muchas veces un servicio a la familia, un servicio a la institución matrimonial, un servicio, en definitiva, a las personas”.

Mons. García Magán, durante su intervención (Firma: Alberto Sáiz)

Mons. García Magán: “Ni debemos abdicar del diálogo ni de la cooperación con el poder político y con el poder civil”

El Obispo Auxiliar de Toledo y Secretario General de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Francisco César García Magán, ha impartido la lección magistral titulada “Iglesia y comunidad política a lo largo del tiempo. Encuentros y desencuentros”, en la apertura del Año Judicial del Tribunal Eclesiástico de Valencia.

Como conclusión al recorrido histórico que ha realizado, monseñor García Magán ha destacado que “ni debemos abdicar del diálogo ni de la cooperación, ni debemos asustarnos ante los retos que ese diálogo con el poder político y con el poder civil, representa y asumir los retos que ello supone y conlleva. Para nosotros, cristianos, la razón y el modelo de esa actitud es que la Palabra de Dios se hizo carne, la Palabra de Dios se hizo historia humana”.

La Iglesia “siempre ha defendido, al menos en el plano teórico, el dualismo en el ámbito de la relación entre la Iglesia y el poder político, aunque en la práctica histórica haya tenido sus oscurecimientos u opacidades”, ha explicado.

“En cada etapa histórica, aunque en medio de dificultades y tensiones, la Iglesia ha querido y buscado el acuerdo y el diálogo con la potestad civil. Ayer como hoy, Iglesia y Estado, ámbito espiritual y ámbito temporal, están llamados a encontrarse y a descubrir soluciones conjuntas para los distintos problemas y desafíos que la sociedad vaya presentando”, ha subrayado.

“No se trata de una condena a entenderse sino de una exigencia y una responsabilidad recíprocas para ambos interlocutores de ese diálogo, puesto que la Iglesia busca servir al fin espiritual del ser humano y el Estado, proveer al bien común como servicio a sus ciudadanos, y ambos servicios confluyen en la unidad de la persona en sus dimensiones religiosas y sociales”, ha remarcado.

Igualmente, sobre el axioma “dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, el obispo auxiliar de Toledo ha indicado que “es el punto central de la doctrina cristiana en el tema que reflexionamos. De esa respuesta se deduce que el poder político no es señor absoluto y que el mesianismo político no tiene cabida”.

De esta manera, García Magán ha afirmado que “la respuesta a Dios no implica una opción política concreta, pero tampoco excluye la obediencia debida a las autoridades en su ámbito propio. Toda la historia de las relaciones entre la Iglesia y el poder político son consecuencias del principio anunciado por Jesús de Nazaret”.

“La predicación de los apóstoles y la vida de la comunidad cristiana confirma lo enseñado por Jesús. Por una parte, los apóstoles enseñan la obediencia a la autoridad civil en todo lo que no afecte a la fe. Por otra parte, también proclaman que la autoridad política no tiene competencias en la vida de la comunidad”, ha señalado.

Asimismo, ha defendido que en las cuestiones religiosas y en caso de conflicto con la autoridad política “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”.

*LECCIÓN MAGISTRAL MONS. GARCÍA MAGÁN (RESUMEN)*