El Arzobispo pide “el precioso don de la paz para las víctimas de la guerra” e invita a los sacerdotes a “darse sin medida y ser cercanos” En la Misa Crismal, celebrada en la Catedral

El Arzobispo pide “el precioso don de la paz para las víctimas de la guerra” e invita a los sacerdotes a “darse sin medida y ser cercanos” En la Misa Crismal, celebrada en la Catedral

El cardenal Cañizares, en la Misa Crismal (Firma: V. Gutiérrez)

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha pedido “el precioso don de la paz para las víctimas de la guerra en Ucrania y en todos los conflictos en el mundo, a las que tenemos muy presentes” y ha invitado a los sacerdotes a “darse sin medida a los hombres y vivir las cercanías de las que nos habla el papa Francisco: con Dios, con la Iglesia y los Obispos, con los hermanos sacerdotes y con el pueblo al que servimos”.

En la Misa Crismal que ha presidido en la Catedral, en la que los presbíteros de la diócesis han renovado sus promesas sacerdotales, el Arzobispo les ha animado a vivir un “sacerdocio lleno de alegría y entusiasmo para anunciar y entregar a los hombres todo el amor del Padre” y que, como sacerdotes, “nuestra vida sea una perenne Eucaristía, para el perdón y para la paz que tanto necesitamos, al igual que la cercanía de Dios”.

Los sacerdotes “hemos sido dedicados por completo a Dios: para dedicarnos a Él, para que Él actúe en nosotros y a través nuestro, para entregarnos a su voluntad, para darnos sin reservas a su obra, para que su amor se manifieste a los hombres, dándonos a ellos sin medida como prueba de que Dios los quiere así. Somos de Dios para los hombres. No nos pertenece ni nuestro tiempo, ni nuestras dotes, ni siquiera nuestra vida: son de Dios y de los hermanos, los hombres, a los que hemos sido enviados y entregados en nombre de Dios y por Él”, ha subrayado el titular de la Archidiócesis.

La misa ha sido concelebrada por numerosos sacerdotes y en ella han participado religiosos, religiosas, seminaristas y fieles cristianos, que han rezado especialmente por el Arzobispo, por los obispos auxiliares y por los presbíteros. Durante la celebración, han sido bendecidos los óleos y el crisma que serán utilizados en la celebración del Bautismo, Confirmación, Ordenación Sacerdotal y Episcopal, Dedicación de las Iglesias y Unción de Enfermos.