Arzobispo Benavent: “la Eucaristía es el gran tesoro de la Iglesia, esencial para que se mantenga unida” Preside en Alcoi el día grande en honor al Santísimo Niño Jesús del Milagro, conocido como “Jesuset del Miracle”

Arzobispo Benavent: “la Eucaristía es el gran tesoro de la Iglesia, esencial para que se mantenga unida” Preside en Alcoi el día grande en honor al Santísimo Niño Jesús del Milagro, conocido como “Jesuset del Miracle”

  • “Els cristians del segle XXI no perdem de vista que sense la nostra vida eucarística no pot haver autèntica vida cristiana ni autèntica vida eclesial”

 

  • Un cristiano que no se alimenta del sacramento de la Eucaristía es un cristiano cuya vida cristiana va debilitándose y también su vínculo con la Iglesia

El Arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, que presidió el domingo en Alcoi el día grande en honor al Santísimo Niño Jesús del Milagro, conocido como “Jesuset del Miracle”, afirmó que “la Eucaristía es esencial para la vida de la Iglesia, para que se mantenga unida. La Iglesia vive y crece a partir de la Eucaristía, por eso el sacramento de la Eucaristía es su gran tesoro”.

El Arzobispo añadió que “els cristians de hui, del segle XXI, no perdem de vista que sense la nostra vida eucarística no pot haver autèntica vida cristiana ni autèntica vida eclesial”.

Asimismo indicó que “un cristiano que no se alimenta del sacramento de la Eucaristía es un cristiano cuya vida cristiana, poco a poco, va debilitándose, también se debilita su vínculo con la Iglesia, con la comunidad cristiana: es como si alguien no participara en las celebraciones de su familia, interiormente se iría alejando de ella y, si un día quisiera volver, se sentiría extraño”.

En esta fiesta, que según la tradición celebra el hallazgo milagroso de unas Sagradas Formas robadas en 1568, monseñor Benavent recordó que se conmemora un hecho doloroso pero que también supuso alegría cuando se volvió a encontrar el Santísimo Sacramento, que había sido robado, y en aquel momento la ciudad decidió celebrar esta fiesta con un sentimiento de agradecimiento. “L’alegria que van sentir els alcoians quan van retrobar l’Eucaristia que havia estat robada va ser per a tots els alcoians algo que els va donar pau, serenitat, i van experimentar una gran joia. Quan se sent alegria pel que s’ha retrobat, una cosa que s’havia perdut, és perquè això ho valorem molt. Una cosa que no valorem ens deixa indiferents, i quan ho valorem i ho hem perdut, sentim alegria si ho retrobem. Com aquells cristians, hem de valorar el sacrament de l’Eucaristia perquè sense ell no podem tindre vida. Per a conservar la vida cristiana ens hem d’alimentar amb el seu cos, amb el pa que Ell ens regala, perquè en el pa està tota la seua persona”.

La celebración comenzó con la “Misa del Tullidet”, en la iglesia del monasterio del Santo Sepulcro. Posteriormente, partió la procesión eucarística desde la parroquia de la Natividad de Nuestra Señora, conocida como iglesia de Santa María, hasta la iglesia del monasterio del Santo Sepulcro, donde tuvo lugar la misa solemne oficiada por el Arzobispo que contó con la presencia de las autoridades locales, feligreses, y devotos y miembros de la Asociación del Jesuset del Milacre.

Finalizada la eucaristía, se procedió a la lectura del “Vot solemne del Consell de la Villa d´Alcoy fet el dia 6 de Gener de 1569” por parte del alcalde Antonio Francés.

Procesión del Santísimo Sacramento: “no estamos solos”

Posteriormente, las calles de Alcoi fueron el escenario de la procesión del Santísimo Sacramento, con la imagen del Niño Jesús del Milagro, desde el monasterio hasta Santa María, con la participación del Gremio de Labradores y el Grup de Danses Sant Jordi. El Arzobispo destacó “el sentido de las procesiones eucarísticas: caminamos sabiendo que el Señor nos acompaña y no nos abandona. La presencia del Señor a lo largo de nuestra vida y a lo largo de toda la vida de la Iglesia nos ayuda a vivir las alegrías en actitud de agradecimiento y nos ayuda a vivir los momentos de dolor sabiendo que en esos momentos no estamos solos”.

El milagro del Jesuset

Según la tradición, “un extranjero entró en la iglesia la tarde del día 29 de enero de 1568 y aprovechando la soledad del templo, abrió el sagrario y robó un cofre de plata con la Sagrada Eucaristía y otros objetos de valor con reliquias de santos”. Dos días después, el labrador alcoyano Juan Esteve, registrando la casa del sospechoso, encontró en la caballeriza, tapado con tierra, estiércol y leña, el cofre de plata que contenía la Sagrada Eucaristía y el resto de piezas robadas.

Junto a la casa del ladrón vivía María Miralles, propietaria de una imagen del niño Jesús cuyo brazo derecho y sus dedos señalaban hacia el cielo, pero “milagrosamente durante los dos días de búsqueda, la imagen se inclinó por la cintura y sus dedos señalaron el lugar del escondite”. Ante este “milagroso hecho”, el entonces arzobispo de Valencia, San Juan de Ribera, quiso levantar una iglesia-monasterio y fundar una orden religiosa femenina de vida contemplativa que mantuviera vivo el amor al Santísimo Sacramento.

Por ello, en 1597, llegaron al convento de Alcoi las Agustinas Descalzas fundadas por San Juan de Ribera y permanecieron en la localidad hasta el año 2013, cuando se trasladaron al monasterio de la Purísima Concepción y Beata Inés, de Benigànim.

Cada año, la programación de actos de la festividad del Jesuset del Miracle incluye el sermón en valenciano que relata todos los hechos del milagro.