17.000 menores azotados por la crisis Entrevista a Ignacio Grande, director de Cáritas diocesana y presidente delegado de Proyecto Hombre Fundación Miguel Roca

17.000 menores azotados por la crisis Entrevista a Ignacio Grande, director de Cáritas diocesana y presidente delegado de Proyecto Hombre Fundación Miguel Roca

Hay familias sin ingresos y familias de ‘trabajadores pobres’, con empleos pero ingresos exiguos. Existe un gran dolor en la sociedad, pero más nos alerta cuando Cáritas diocesana destaca el alarmante número de niños y adolescentes que sufren ante en la crisis.

Ignacio Grande

ENTREVISTA AMPARO CASTELLANO

-Estamos especialmente preocupados por el aumento de los precios, por la inflación que afecta a la cesta de la compra, a la educación… Pero queremos dar una mirada más profunda a cómo se están viendo afectados por esta crisis los niños y adolescentes.

-Los niños siempre son víctimas de las actuaciones de los adul- tos, y por desgracia, son los que más sufren las situaciones de vulnerabilidad. Más del 33% de las 50.000 personas atendidas el pasado año son menores. En la Comunidad Valenciana la pobreza se transmite y se hereda. Como sociedad tenemos que preguntarnos cómo estamos tratando a nuestros menores y qué es lo que estamos haciendo con ellos. La crisis provocada por esta pandemia ha dejado en ellos heridas graves emocionales, psicológicas, psiquiátricas…ahora las estamos viendo. Es alarmante ver cómo crece el número de suicidios entre menores de edad. Hay que actuar, hay que acompañar, entender y conectar con los niños y niñas.

Nosotros, por ejemplo, desde nuestro colegio diocesano, Nuestra Señora de los Desamparados en Nazaret, intentamos conectar corazones y tratamos de acompañar al menor en to- das y cada una de sus dimensiones: trabajamos su dimensión trascendental, su dimensión ética, psicológica, la afectiva…pero también es muy importante (enfatiza) trabajar con las familias, porque si los menores crecen en entornos seguros, que protegen y que cuidan, podrán salir adelante… Nos enfrentamos ante una dura realidad, y es que, en la comunidad Valenciana existe un porcentaje elevadísimo de probabilidades de que un menor na- cido en una familia pobre cuando sea adulto continúe siéndolo. Además de este factor, no nos olvidemos de la cronicidad de la pobreza.

Cuando una persona cae en el ámbito de la pobreza tiene mu- chas dificultades para poder salir adelante. Por tanto, ahora las políticas tienen que ser políticas de cuidados, y la sociedad tiene que pasar de la ‘desvinculación’ a la ‘revinculación’, y todo va a pasar por la capacidad que tengamos de cuidarnos los unos a los otros. Estamos ante un reto para Cáritas, para Proyecto Hombre y para toda las realidades eclesiales que ejercemos la Caridad, que es centrarnos en el cuidado, que la gente se sienta cuidada en todas sus dimensiones y anunciar con gestos y obras la Buena Nueva , el Amor de Dios incondicional y concreto en rostros que sufren.

– Nos veían advirtiendo de que la crisis venía con fuerza, tanto por la influencia exterior y las consecuencias de la guerra en Ucrania como por las condiciones en España, pero ¿tanto como para decir que ya, en este momento, Cáritas está en alerta?

– Sin duda, estamos en alerta, estamos muy preocupados. Cáritas a través del personal técnico y del voluntariado es un gran termómetro que toma la temperatura a la sociedad y puede hacer pronósticos. Ojalá me equivoque, pero en la Memoria institucional de Cáritas el día del Corpus Christi me atreví a decir que las cifras de 2021 iban a ser mejores que las del 2022, que este año sería peor, y así lo estamos viendo.

Estamos atendiendo -aún- a personas que cayeron en la pobreza en la crisis del año 2008 y que han ido encadenando crisis tras crisis agudizando e intensificando su vulnerabilidad. Nosotros vivimos en alerta con todo lo que eso significa: reforzando los equipos, trabajando en el ámbito de la sensibilización e incidencia e intentando hacer campañas de captación porque hoy necesitamos muchísimos recursos. Precisamente porque las Cáritas parroquiales necesitan recursos económicos para poder acompañar a personas a las que les está costando hacer la compra. Ya no digo mantener los suministros, ni pagar el alquiler de la vivienda -donde ya nos estamos encontrando con auténticos dramas- sino algo tan básico como hacer la compra para sus familias.

-Existe una necesidad de converger con las administraciones. ¿Está previsto participar en alguna comisión mixta entre entidades de ayuda social con la Generalitat?

– La Diócesis va a tener un papel muy importante en la vía de colaboración y de diálogo con la Administración, igual que Cáritas, que somos Iglesia, encontraremos esos cauces de comunicación. Es verdad que estamos en contacto permanente con la Administración, y es verdad que algo que hacemos permanentemente es “exigir” a la Administración que cumpla con su deber de trabajar por el bien común , respetar la dignidad de la persona y buscar siempre su desarrollo.

Creemos que Cáritas además de atender y de acompañar, tenemos que ejercer la incidencia en la política para recordar a las administraciones que centren el foco de atención en las personas que más sufren y darse cuenta de que si el dinero existe no es para gobernar sino para servir. Y verdaderamente los recursos se tienen que poner a disposición de las personas que más están sufriendo -que por desgracia son muchas-. En este momento, las administraciones tienen que priorizar y tienen que facilitar a cada persona que pueda desarrollar en libertad su propio proyecto de vida.

Se necesita que existan Estados justos que trabajen por el bien común, y además, entidades como las nuestras que aportemos lo que un Estado no pue- de aportar, que es esa cercanía amorosa, personal, de corazón con corazón, de acompañar en procesos desde una perspectiva mucho más amplia. Pero es importante recordar a la Administración que tiene que hacer lo que tiene que hacer.

– En esta crisis también desde Proyecto Hombre (Fundación Arzobispo Miguel Roca) observan que en muchas situaciones de crisis se alteran los comportamientos y pueden nacer o crecer adicciones, especialmente en los jóvenes relacionadas con las tecnologías, telefonía y pornografía. En el ámbito de la atención temprana, ¿tienen cifras de cómo se está actuando?

– Lo que sí podemos decir que se está actuando tarde en muchísimas ocasiones, y no adecuadamente por la falta de recursos. Es algo que venimos insistiendo desde hace años, que es la importancia de la prevención, sobre todo en aquellas edades más tempranas donde se empiezan a detectar determinadas conductas que pueden derivar en adicciones. Nuestra comunidad terapéutica tiene listas de espera con cifras muy llamativas. No podemos permitir que en nuestra sociedad haya personas que estén sufriendo las consecuencias de las adicciones, y que no haya respuesta por parte de la Administración; y además, que ni muchísimo menos se estén implementando medidas de prevención. Por lo tanto, la prevención es algo esencial en estos momentos donde empezamos a detectar que cada vez la edad del consumo de determina- das sustancias empieza a ser más temprana y que existen nuevas realidades de adicciones con las que hasta ahora no nos habíamos enfrentado, como pueden ser las apuestas online, los juegos, nuevas sustancias….

Nos encontramos en estos momentos con un campo muy abierto que va en aumento, que va en aumento (enfatiza por dos veces), y sin que haya una respuesta contundente clara, rápida y efectiva. Es necesario adecuar el siste- ma valenciano a las nuevas necesidades. La administración tiene que reforzar los equipos de Unidades de Conductas Adictivas (UCA’s), aumentar las plazas de tratamiento en las unidades de desintoxicación hospitalaria, en centros de día, en comunidades terapéuticas, en los servicios de tratamiento de las ludopatías -que también son muy reducidos -y trabajar el ámbito de la prevención. Faltan muchísimos recursos.