El Arzobispo destaca que “María nos enseña a vivir como servidores y nos indica el camino de santidad” Preside en la Catedral la misa de pontifical en la solemnidad de la Inmaculada Concepción

El Arzobispo destaca que “María nos enseña a vivir como servidores y nos indica el camino de santidad” Preside en la Catedral la misa de pontifical en la solemnidad de la Inmaculada Concepción

Mons. Benavent, en la misa solemne de la Inmaculada, en la Catedral (Fotografías: V. Gutiérrez)

El arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, ha destacado este viernes, en la fiesta de la solemnidad de la Inmaculada Concepción, que “María os enseña -a los seminaristas- y nos enseña a todos, a vivir el ministerio no como dioses que se creen dueños de la Iglesia sino como humildes servidores del Señor y de nuestros hermanos. El ministerio es para la misión y la misión es un servicio. María os indicará el camino de santidad y de alegría en el servicio”.

En la misa celebrada en la Catedral, monseñor Benavent ha subrayado la relevancia de la solemnidad de la Inmaculada para toda la Iglesia, y especialmente “para dos instituciones importantes en la vida de nuestra diócesis: los Seminarios Mayor y Menor y la Universidad Católica de Valencia (UCV)”.

A los seminaristas, el Arzobispo les ha invitado a “mirar a María para encontrar el camino adecuado para vivir vuestra entrega al Señor en el sacerdocio con alegría” y ha precisado que “el ministerio sacerdotal para el que os estáis preparando es un ministerio de servicio: no olvidéis que no podréis ser buenos sacerdotes si no sentís el deseo de ser santos”.

Respecto a la Universidad Católica “San Vicente Mártir” de Valencia, el titular de la Archidiócesis ha recordado que esta institución celebra hoy el vigésimo aniversario de la firma del decreto de su creación por parte del entonces arzobispo de Valencia, el cardenal Agustín García Gasco.

Dirigiéndose a las autoridades y miembros de la institución universitaria, monseñor Benavent ha explicado que “una cultura cristiana se sustenta en la verdad fundamental del ser humano que no es otra que no somos dioses y no queremos serlo. A partir de este principio adquirimos la perspectiva correcta, que nos lleva a un conocimiento auténtico del mundo y del hombre, de sus exigencias éticas y de sus límites. Sólo desde esta perspectiva, la cultura puede contribuir a la construcción de un mundo que sea una casa habitable para el hombre. Que la Universidad Católica de Valencia sea un testimonio de esta visión cristiana de las realidades humanas”.

Del mismo modo, ha señalado que “María nos indica el camino que nos lleva a la vida: el de la sencillez y la humildad. ¿Cómo es el mundo que construimos los seres humanos cuando queremos ser como dioses? ¿Es un mundo más justo, más humano, más digno del hombre? ¿Cómo sería el mundo si todos siguiéramos el camino que siguió María con su sencillez y humildad? Sería una anticipación del Reino de Dios, ese Reino de verdad y de vida, de santidad y gracia, de justicia, amor y paz”.

 

En su homilía, el Arzobispo ha expresado que “l’arrel del pecat és que volem ser com a déus. És una actitud que hui es manifesta de moltes maneres: vol ser com Déu aquell que pretén determinar allò que està bé i mal sense sotmetre’s a cap valor moral; aquell que utilitza abusivament el poder per a imposar la seua ideologia envaint àmbits que no li corresponen de la vida de les persones i les famílies; aquells que en lloc de protegir i fer-se servidors de la vida humana justifiquen la possibilitat de decidir sobre ella bé en el seu inici o en la seua final; aquell que abusant del seu poder vol conduir la història segons la seua ideologia sacrificant a qui no pensa igual; que no reconeix cap límit ètic en l’exercici del poder; aquell que pensa que és més del que realment és i no accepta la condició de criatura i la seua fragilitat; aquell que pensa que no necessita a Déu i que creu tant en si mateix que pensa que no necessita creure en Déu”.

Imparte la bendición apostólica con indulgencia plenaria

La misa solemne de la Inmaculada ha sido concelebrada por el obispo auxiliar emérito de Valencia, mons. Esteban Escudero; el Cabildo catedralicio, encabezado por el deán y vicario general de la Archidiócesis, Vicente Fontestad; y los rectores de los Seminarios Mayor y Menor de Valencia, entre otros sacerdotes. También han ayudado en la liturgia los seminaristas de la Archidiócesis.

Al finalizar la celebración, el Arzobispo ha impartido la bendición apostólica que lleva unida la concesión de la indulgencia plenaria.

La celebración de la fiesta de la Inmaculada en la Catedral continuará esta tarde, a las 18 horas, con las Segundas vísperas seguidas por la procesión claustral con la imagen de la Virgen María con el Niño Jesús, de plata, del siglo XIV.