
06 May Cuando San Vicente libró de la peste a Agullent
Otoño del año 1410. El dominico Vicente -nuestro san Vicente Ferrer- ya goza de una popularidad importante en Europa y en buena parte del territorio peninsular. Su conocido ‘don de gentes’ le ha llevado a recorrer diferentes localidades y pueblos de Valencia, Xàtiva y Genovés. Agullent, que en aquel entonces formaba parte de Ontinyent, supone un alto en el camino del fraile.
Según cuenta la tradición oral allí pernoctó una noche y predicó a los lugareños. Dicen, a pesar de no tener constancia escrita alguna, que fue tanta la gente que acudió a escucharlo, que la iglesia no pudo dar cabida a toda la feligresía. De esta forma, el santo cambió el púlpito por el balcón de una de las casas de la plaza mayor del pueblo, iniciando su intervención con su tradicional “Bona gent!”. Este hecho puntual marcaría la historia de Agullent y se recordaría con más viveza en el año 1600 cuando un nuevo brote de peste asoló la comarca. De aquello, ahora, se cumplen 425 años.
Miracle de la ‘llàntia’
En agosto de aquel 1600 los jurados de la villa, comunicaron al virrey la sospecha de que la peste había inva- dido la población y tomaron las medidas oportunas: la incomunicación de los familiares que habían tenido enfermos en casa o la incineración de ropas apestadas. La epidemia ya se había llevado la vida de 83 lugareños y había que actuar con celeridad.
Tal y como recoge el ‘Decreto del Miracle’ escrito en 1658, el 4 de septiembre el pueblo de Agullent se libró de la peste por la intercesión milagroso del santo. Según se narra, Joan Solves, ermitaño que cuidaba el santuario de sant Vicent Ferrer, oyó un rumor en la ermita. Al acercarse para comprobar qué podría ser, vio la figura de un fraile dominico arrodillado al pie del altar rezando ante el Cristo.
Sin poderlo creer llamó a su mujer, pero ésta, no vio nada, puesto que el fraile ya no estaba en la estancia. Si embargo, la ‘llàntia’ (lámpara) que colgaba del techo estaba sobresaliendo de aceite, con una luz muy flamante cuando, hasta ese momento, había estado seca ante el miedo de Joan a bajar al pueblo a por aceite de repuesto.
Joan se lo comunicó a las auto- ridades y al párroco y el milagro no tardó en conocerse en el pueblo. Las campanas resonaron y, según cuentan las crónicas, se dispararon los arcabuces. De aquella luz y de aquel aceite todos recibieron curación. San Vicente, sin lugar a dudas, les había protegido frente a la peste.
Aunque no todos creyeron en el milagro. Aseguran que Andreu Calata- yud mostró su incredulidad y se mofó de la fe de sus vecinos. Sin embargo, curioso por naturaleza, decidió comprobar por sí mismo el hecho mila- groso. Al llegar a la ermita, y ante la ‘llàntia’, ésta cayó al suelo sin derramar ni una sola gota de aceite y sin apagarse. El vecino, desde entonces, creyó en el milagro y la intercesión del santo. El 5 de septiembre, al hacerse de día, “se juntaron todos los que vivían en los campos y todo el pueblo subió a dicha ermita con solemne procesión y hisiseron una solemne fiesta en hasimiento de grasias con diferentes truenos de alcabuses”, relata el decreto. A partir de ese momento, el pueblo reconocía la intervención celestial y aclamaba a sant Vicent Ferrer como patrón.
‘Nit de les fogueretes’
En conmemoración del milagro, y desde el mismo año 1600, los vecinos de Agullent celebran la llamada ‘nit de les fogueretes’. A primeros de septiembre alrededor de la medianoche, se celebra la romería nocturna más antigua en tierras valencianas. Después de cenar, la gente de Agullent se reúne en la plaza Mayor para participar en esta procesión que se celebra en con- memoración del ‘miracle de la llàntia’.
Encienden sus farolillos confeccionados de manera artesanal y suben por el serpenteante camino hacia el parque de la Font Jordana. En el interior del templo se cantan los gozos, y los visitantes hacen cola para ungirse de la ‘llàntia’ del milagro en aquella parte del cuerpo para la que reclaman protección.
Ermita de S.Vicente Ferrer
Hay en Agullent dos ermitas dedicadas a san Vicente Ferrer, conocidas como ‘la vella’ y ‘la nova’. Ambas se encuentran próximas entre sí. La er- mita nueva se empezó a edificar el 20 de octubre de 1745, sobre las ruinas de otra anterior que había sido destruida poco antes por un terremoto.
Allí también podemos encontrar la ‘llàntia’ del milagro. Se conservan también antiguos cuadros y piezas de imaginería, entre las que destaca el Cristo Crucificado policromado del siglo XV ante el que habría rezado san Vicente. Por su parte, la ermita vieja está reconstruida sobre los cimientos de la original del siglo XV. Dentro, alberga una talla de san Vicente Ferrer.
Lo post
El presbiterio de la ermita nueva tiene bóveda de cascarón y alberga un retablo barroco de madera dorada. En el cuerpo central, se encuentra la tabla sobre la que, se cuenta, durmió san Vicente en su estancia en Agullent, y a sus lados, pinturas de José Segrelles que representan el milagro de la lámpara.
Según relatan, tras hablar a los lugareños, y habiendo caído ya la noche, san Vicente decidió quedarse a dormir allí. Es probable que pernoctase en la ermita o bien en la casa gótica, y lo hizo acostado sobre una tabla -conocida como ‘la o lo post’-. Una tabla donde quedó grabada su silueta. Esto originó un intenso culto materializado en la construcción, hacia el año 1500, de una ermita que sirvió de “envoltura” a tan preciada reliquia sobre la que se pintó una imagen de san Vicente.
Un año muy especial
Ahora, 425 años después, el pueblo de Agullent se prepara para celebrar este acontecimiento con ilusión. “Ens trobem davant un any molt especial, celebrem el 425 aniversari del Miracle de la Llàntia, el qual va tindre lloc a la nostra localitat per intercessió del nostre patró Sant Vicent Ferrer”, indica Enrique Baviera, párroco de la localidad valenciana.
“Volem que aquest any siga un any molt especial per a tots, des dels més joves fins els més majors del nostre poble”, indica. “Principalment celebrarem una Novena dedica-da al nostre patró, però també junt a la mateixa s’han previst diferents activitats culturals com concerts, albades, gegants i cabets, sopars popular, etc… Desitjar de tot cor que aquesta Novena siga ocasió per reviure el nostre fervor i al mateix temps, ens servisca d’unió com a poble al voltant de les nostres arrels”, concluye en el saluda con motivo de la celebración de este acontecimiento..
Por su parte, el alcalde la localidad, Pau Muñoz, afirma que “aquesta celebració no només commemora una data històrica, sinó que ens recorda el llegat espiritual i cultural que Sant Vicent Ferrer va deixar a Agullent. Hui, 425 anys després, el nostre poble continua gaudint d’aquell esperit de renovació i de compromís amb la fe, que va ser lan present en la visita del sant. Les tradicions que han sorgit d’aquest esdeveniment, com les celebracions religioses en honor a Sant Vicent, seguixen vives i són part fonamental de la nostra història col·lectiva”.
De igual manera, “en aquest aniversari tan especial, és una oportunitat per a recordar i agrair l’herència que els nostres avantpassats ens han llegat, i per continuar transmetent els valors de fraternitat, devoció i solidarital que van caracteritzar la visita de Sant Vicent Ferrer a Agullent. Que aquest 425é aniversari siga un moment de retrobament amb les nostres arrels, un moment de reflexió i de renovació espiritual. Que la figura de Sant Vicent Ferrer continue sent una font d’inspiració per a totes i tots els que vivim i estimem Agullent”.
El 18 de mayo, misa conclusiva
La Parroquia de San Bartolomé Apóstol, con la colaboración del Ayuntamiento de Agullent, ha preparado una programación especial para conmemorar el 425 aniversario del Milagro de San Vicente Ferrer en Agullent. Las actividades, que comenzaron el pasado 5 de abril con la ruta ‘El Agullent de San Vicente Ferrer’, se desarrollarán principalmente durante las Fiestas de Moros y Cristianos.
La programación se extenderá hasta el mes de mayo con especial intensidad el fin de semana del 16 de mayo, con la novena a las 20:00 h, seguida a las 22:30 h de una noche de albaes, dansà a cargo del Grup de Danses i Cultura d’Agullent, y arbolà.
El sábado 17 de mayo estará dedicado a los niños y niñas, y la programación comenzará por la mañana con jornadas de puertas abiertas en la iglesia para visitar la Post, que también se podrán visitar el domingo. A las 18:00 h tendrá lugar la novena, seguida de una salida extraordinaria de la Post y la Llàntia con la participación de los más pequeños, acompañados por los Gegants i Cabets de Ontinyent. La jornada finalizará con una cena popular en la plaza de la Iglesia.
La clausura de los actos conmemorativos tendrá lugar el domingo 18 de mayo, con el concierto del grupo de música histórica ‘Beatus Ille Camerata’a las 12:00 h en la iglesia, y por la tarde, la misa y la procesión de regreso de la Post y la Llàntia a la Ermita, presididas por el arzobispo de València, Mons. Enrique Benavent.