
08 Jul Alumnos de colegios diocesanos ayudan a comercios afectados por la DANA a mejorar su presencia digital En Catarroja, en el marco de un proyecto multidisciplinar de Aprendizaje y Servicio
Mejorar la calidad de las fotos en la web, agilizar el catálogo online o abrir un canal con los clientes en aplicaciones como Wathsap Business, son algunas de las propuestas que jóvenes de Catarroja han compartido con pequeños comercios de la localidad, la mayoría de ellos afectados por la DANA. Alumnos de los ciclos formativos del colegio diocesano San Antonio de Padua I, junto a compañeros de otros dos centros diocesanos, han realizado un proyecto de Aprendizaje y Servicio para ayudar a los comerciantes a mejorar su presencia digital.
A lo largo de todo el curso, los alumnos de diferentes ciclos formativos de tres colegios diocesanos han ayudado a varios comercios de Catarroja y pueblos de alrededor, a mejorar su marketing digital, propuestas sencillas enfocadas al propio comerciante, “siempre con el objetivo de que lo puedan hacer ellos mismos sin tener que subcontratar ningún servicio”, señala Julia Silla, profesora impulsora del proyecto.

Las profesora Lola de la Cruz, Pilar Torres y Julia Silla, durante la clausura del proyecto (S.Martos)
Una iniciativa que surgió tras una reunión de los coordinadores de Innovación Pedagógica de los centros pertenecientes a la Fundación San Vicente Mártir-Colegios Diocesanos. Este encuentro tuvo lugar en noviembre, “cuando teníamos muy reciente el desastre provocado por la DANA”, nos cuenta Julia, que tenía claro su objetivo “poner a disposición de la población a nuestro alumnado, ya que contábamos con muchas manos, muchas de ellas muy capacitadas para poder ayudar”. Así fue tomando forma esta iniciativa de la mano de tres profesoras,Pilar Torres, del colegio Doctor Lluch de Alboraya; Lola De la Cruz, del centro Asunción de Nuestra Señora de Banguacil y Julia Silla, del colegio San Antonio de Padua I de Catarroja.
Los alumnos han trabajado desde asignaturas muy diversas, como Marketing , Presentaciones o Historia. Y han llevado a cabo diferentes técnicas para presentar información y estadísticas, entablar conversaciones telefónicas con los comercios y elaborar informes, con documentación específica de cada empresa, sobre su presencia actual en el mundo digital y cómo mejorarla.

Irene, propietaria de un puesto de Droguería en el Mercado Municipal de Catarroja (S.Martos)
Una de las beneficiarias ha sido Irene, que regenta un puesto de Droguería, de los de toda la vida, en el mercado municipal de Catarroja. En apenas unos metros de expositor, ofrece todo tipo de productos para la limpieza personal y del hogar, “y es capaz de vender ese remedio específico que no encuentras en los grande almacenes”, tal y como aseguran los vecinos del barrio, con el añadido de un trato cercano, humano y de calidad, que llama la atención nada más conocerla, y que quizá fue el motivo por el que fue elegida por Jeremy, uno de los estudiantes.
Irene fue la primera sorprendida al recibir la llamada del joven. “Me preguntó si quería entrar en un proyecto para ayudar a que los comercios pequeños funcionaran mejor, y acepté. Al cabo de un tiempo volvió con un proyecto muy extenso- que le costaría muchas horas- en el que me invitaba a modernizarme, abrir perfil en Redes Sociales y publicar ofertas para mis clientes”, cuenta Irene con agradecimiento y con emoción, “porque que se fijaran en mi comercio me ha servido de impulso, ya que hemos atravesado una época muy mala, además, las grandes superficies y la comodidad que ofrecen hace que la gente se olvide del pequeño comercio”
Carlos es otro de los alumnos implicados en el proyecto, él eligió una empresa de productos deportivos. “Estudié su web y valoré qué pequeños pasos podría dar para mejorar, consideré que sería positivo aplicar algunas herramientas de marketing, introducir más presencia en algunas Redes Sociales y mejorar el funcionamiento de su web, así como la calidad de las imágenes de los productos”, tal y como señala el informe que muestra con orgullo Juan, el propietario de la empresa.
“Ha sido un año muy difícil porque fuimos afectados por la DANA, el agua alcanzó casi los tres metros en nuestro local”, cuenta Juan, quien, desbordado por la situación, al principio rechazó la ayuda de Carlos. “Pasados unos días, valorando la posibilidad con más calma, accedí a hablar con Carlos y he de reconocer que ha sido una experiencia muy positiva, de hecho antes de marcharse le pedí su teléfono para continuar en contacto e iniciar un posible acuerdo de prácticas en nuestra empresa”.

Carlos, alumno de Catarroja, junto a Juan propietario de una de las empresas beneficiarias (S. Martos)
“La tecnología va muy deprisa, nosotros somos analógicos y aunque intentamos estar ahí, no nos da tiempo. Por eso necesitamos esta savia nueva de estos chicos, su ayuda es un empujón para estar más presente, para estar en el mercado y que no te aparten, en definitiva para vender más”.
Tanto Juan como Irene, junto a otros comercios, están dispuestos a participar de nuevo en el proyecto durante el próximo curso, para ir aprendiendo de los jóvenes cómo hacerse un hueco en el mundo digital.
Todo un éxito de proyecto, que clausuraron en el colegio San Antonio de Padua I con una jornada de puesta en común entre profesorado, alumnos y empresarios. “Lo que más nos llama la atención es el vínculo personal que se ha creado entre cada alumno y el comercio elegido”, apunta Julia haciendo balance y confiando en poder continuar con la iniciativa en los próximos cursos.
“No hace falta que tengamos que vivir un desastre como la DANA para ayudar al comercio local, porque la necesidad de la digitalización sigue existiendo y podemos ayudarle a avanzar mucho, con pequeños pasos”