19 Nov Jornada de Oración por las víctimas de abusos en el Día universal de la Infancia Este jueves, 20 de noviembre
La Diócesis de Valencia celebrará este jueves 20 de noviembre una Jornada de oración por las víctimas de abusos sexuales coincidiendo con la Jornada Universal de la Infancia. Conjuntamente desde la Delegación de las Causas de los abusos y la delegación de Liturgia, afirman que «pedimos perdón por los abusos cometidos contra niños por parte de pastores, religiosos y laicos en el seno de la Iglesia que han traicionado su ministerio y la confianza de aquellos que debían proteger: los más pequeños. Oramos para que nunca vuelvan a repetirse semejantes atrocidades, y para que conceda a todos los miembros de la Iglesia un mayor sentido de responsabilidad respecto a los menores a ellos confiados».
En esta Jornada de Oración, se quiere apoyar «con especial cariño a quienes han sufrido cualquier clase de abuso físico o moral; oramos por ellos, para que puedan reponerse y recuperen la confianza y la esperanza que les fue arrebatada de forma tan injusta»
Asimismo se pedirá por los niños y los jóvenes, «para que todos tengan un hogar y unos ambientes adecuados donde puedan crecer y desarrollarse en paz y armonía, y no tengan que vivir jamás ninguna situación de abuso».
La Delegación de las Causas de los abusos junto con la de Liturgia ha preparado un subsidio para las celebraciones, en el que se pedirá por los menores que han sido víctimas de abusos, para que encuentren en su entorno la ayuda que necesitan para reponerse física y espiritualmente y para que puedan lograr un desarrollo integral de su persona. Y también por quienes en la actualidad están al cargo de la formación de menores o de la reparación a las víctimas: por los que se dedican a la formación integral de niños, adolescentes y jóvenes, para que sean para ellos reflejo de la ternura, el cuidado y la bondad paterna de Dios, y por cuantos, desde las Oficinas de Protección de Menores, están comprometidos con la atención, la formación y la prevención, para que nos les falten las fuerzas, el ánimo y la colaboración para continuar con esta importante labor».
ORACIÓN POR LAS VÍCTIMAS DE ABUSOS
Dios de amor infinito,
siempre presente, siempre justo;
Tú nos cuidas y nos proteges
y nos diste a tu único Hijo
para salvarnos con su sangre en la cruz.
Te pedimos perdón, Señor, por todos los casos
de abusos a menores
que ha sufrido tu Iglesia.
Perdón por todos los sacerdotes, religiosos/as y laicos/as que han traicionado su ministerio
y la confianza de aquellos que debían proteger: los más pequeños.
Te pedimos, Señor, por todos los supervivientes de abuso sexual,
para que encuentren paz en Ti.
Te pedimos por aquellos que tratan de escapar cada día
de la herida profunda del abuso sexual, para que sigan adelante y te busquen.
Señor Jesús, pastor de la paz, dígnate unir a tu propio sufrimiento
el dolor de todos los que han sido heridos de cuerpo, mente y espíritu
por parte de aquellos que traicionaron la confianza puesta en ellos.
Escucha el clamor de nuestros hermanos y hermanas
que han sido lastimados gravemente,
así como el clamor de aquellos que los aman;
dales la esperanza que mitigue el desosiego de sus corazones,
dales la fe que calme sus espíritus perturbados,
concédeles justicia para su causa, ilumínalos con tu verdad.
Espíritu Santo, consolador de corazones,
cura las heridas de tus hijos e hijas
y devuelve la integridad a lo que ha sido quebrantado.
Concédenos el valor y la sabiduría,
la humildad y la gracia, para actuar con justicia.
Sopla tu sabiduría en nuestras oraciones y empeños.
Que todos los que han sido heridos por el abuso encuentren paz y justicia.
Dios Padre, cuida a las víctimas con especial predilección.
Ayuda a los sacerdotes a ser ejemplos de santidad y dedicación a sus fieles.
Dios Hijo, protege a nuestros hermanos abusados como cuidaste a tus amigos y discípulos.
Ayuda a los sacerdotes a vivir como viviste tú en la Tierra.
Dios Espíritu Santo, inspira en las víctimas fortaleza y piedad. Ilumina a tu Iglesia en este momento de dificultad y ayúdale a encontrar el camino.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.