
18 Jun Iglesia Jesuitas Valencia inicia la fase decisiva de su restauración Un proyecto que arrancó en 2020 para devolver el esplendor al emblemático templo.
La Iglesia Jesuitas Valencia se encuentra inmersa en la tercera y última fase de su monumental proyecto de restauración integral, un ambicioso plan que se inició en el año 2020. Esta etapa crucial, cuyos trabajos comenzaron el pasado lunes, 12 de mayo de 2025, busca la recuperación total del templo, devolviéndole su esplendor original y consolidando su lugar destacado en el paisaje cultural valenciano. La empresa Noema Restauradores SL ha sido la adjudicataria de esta fase final, garantizando la pericia y solvencia necesarias para su ejecución, con una finalización prevista para diciembre de 2026.
Según ha explicado Xavier Laumain, arquitecto responsable del proyecto, esta es la fase más ambiciosa hasta la fecha, ya que engloba todas las intervenciones pendientes. «La Compañía de Jesús decidió apostar aún más fuerte por esta obra, uniendo todas las fases restantes en una única intervención de gran calado económico y técnico», afirma Laumain, subrayando el compromiso con la preservación de este valioso patrimonio.
La restauración de la Iglesia Jesuitas Valencia ha sido un proceso continuo desde 2020, abordando las necesidades más urgentes y esenciales del edificio. La primera intervención, una Fase de Emergencia (2020), fue fundamental para estabilizar la estructura y solucionar problemas graves de goteras; durante el periodo del COVID-19, se actuó en los forjados de los colaterales, en los lunetos de la nave principal –donde un fragmento se había desprendido– y en la cubierta, con la retirada de la teja y el retejado completo para evitar nuevas entradas de agua. En esta misma fase inicial, se aprovechó para intervenir el colateral Este, sus pinturas y el sistema de ventilación, una obra «muy importante que se llevó a cabo muy bien» a pesar de las complejidades de la pandemia.
Posteriormente, el proyecto avanzó en dos fases adicionales. La primera de ellas se centró en el pavimento de la nave central, que tuvo que ser desmontado para instalar un moderno sistema de suelo radiante, combatiendo el frío que sufría la iglesia en invierno y mejorando notablemente el confort. Tras la instalación, se repuso un nuevo pavimento idéntico al original, reproduciendo de forma tradicional los hidráulicos, acondicionando así el espacio principal.
La segunda fase fue dedicada a dos elementos de gran valor artístico y patrimonial: las vidrieras y el órgano Palop. Las 77 vidrieras que alcanzan 272 m2, son consideradas el conjunto más grande de la Comunidad Valenciana. La delicada tarea llevó más de un año, y fue confiada a las manos expertas del maestro Ximo Roca, quien les devolvió su luz y color originales. Al mismo tiempo, el órgano Palop, un instrumento centenario de principios del siglo XX, también fue desmontado y restaurado por el taller de organería de Frédéric Desmottes, permitiendo de nuevo disfrutar de su imponente música.
La tercera y última fase de intervención prevé la restauración integral de todos los elementos aún pendientes, dejando el templo completamente terminado. Se restaurará toda la decoración interior de la nave principal, incluyendo las pinturas y los dorados, así como los elementos del coro y los colaterales. Al mismo tiempo, se recuperarán todos los elementos anexos a la arquitectura, como la orfebrería, la luminaria y los candelabros, que pasarán por un meticuloso proceso de restauración.
Además de la restauración interior, se realizará la recuperación completa de todas las fachadas exteriores del edificio, un aspecto crucial para la puesta en valor de la iglesia. Un componente «muy importante, aunque no se vea tanto», es la renovación de todas las instalaciones, especialmente las eléctricas y de iluminación, adaptando el antiguo sistema a la normativa actual. Esta mejora no solo busca la funcionalidad, sino también «poner en valor este edificio, tanto interior como exteriormente», según Laumain.
Históricamente, la Iglesia era la capilla del colegio y no necesitaba tanta presencia, pero ahora, como «un elemento que está empezando a destacar dentro del paisaje cultural valenciano, le queremos dar más empaque», iluminándola desde fuera y también desde dentro, especialmente la bóveda, que actualmente «pasa totalmente desapercibida», aseguró el arquitecto.
Dentro de esta fase final, Xavier Laumain destaca varios elementos. El conjunto de pinturas interiores, especialmente los dorados y la impresionante bóveda azul estrellada, que están siendo restaurados completamente, «siempre respetando al máximo las técnicas y los materiales tradicionales, poniendo en valor el oficio del restaurador y el espíritu de la obra original». La fachada principal, que ha sufrido un importante deterioro y pérdida de color y dorado (como el del crismón central), recuperará su «potente» estado original. Los dos torreones que albergan las escaleras del coro, coronados por copulines de teja de escama barnizada, también serán restaurados, recuperando sus barandillas perdidas. Finalmente, la espadaña, actualmente en muy mal estado y sin una campana, será restaurada íntegramente. Las dos campanas existentes serán intervenidas, y la tercera, ya renovada y guardada, será reinstalada, completando así el conjunto sonoro para su uso.
Con esta fase final, la Iglesia Jesuitas Valencia no solo busca preservar su inmenso patrimonio histórico y artístico, sino también consolidar su rol como un referente cultural y espiritual en la ciudad de Valencia para las futuras generaciones.