10 Nov IX Jornada Mundial de los Pobres

IX Jornada Mundial de los Pobres
Con motivo de la IX Jornada Mundial de los Pobres, que se celebrará el 16 de noviembre de 2025, bajo el lema ‘Tú, Señor, eres mi esperanza’ (Sal 71,5), el papa León XIV invita a mirar a los pobres como testigos de esperanza auténtica en un mundo marcado por la incertidumbre, las desigualdades y la pérdida del sentido espiritual.
El lema escogido brota “de un corazón oprimido por graves dificultades”, pero abierto y confiado “porque permanece firme en la fe, que reconoce el apoyo de Dios y lo proclama: ‘Tú eres mi Roca y mi fortaleza’ (v. 3)”.
El mensaje recuerda que la verdadera esperanza “no depende de la fuerza humana sino de la promesa de Dios, que es siempre fiel”. Frente al desaliento o la autosuficiencia, el papa León XIV subraya que la esperanza cristiana es “como un ancla que fija nuestro corazón en la promesa del Señor Jesús”, capaz de sostener a los creyentes en medio de las pruebas de la vida.
Esta confianza, añade, no es una ilusión, sino “certeza en el camino de la vida”, que impulsa a orientar las decisiones personales y comunitarias hacia el bien común. La esperanza, alimentada por la fe y sostenida por la caridad, se convierte así en motor de transformación social.
Testigos de una esperanza viva
El Pontífice subraya que los pobres son portadores de una esperanza “fuerte y fiable”, precisamente porque la viven desde su fragilidad. “No confían en las seguridades del poder o del tener”, escribe, “al contrario, las sufren y con frecuencia son víctimas de ellas”.
Reconocer en Dios la “primera y única esperanza” implica también relativizar las riquezas y descubrir “el verdadero tesoro del que realmente tenemos necesidad”. En este contexto, el Papa recuerda las palabras de Jesús: “No acumulen tesoros en la tierra… Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo” (Mt 6,19-20).
León XIV retoma las palabras del papa Francisco en Evangelii gaudium para denunciar la falta de atención espiritual a los pobres: “La peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual. (…) Necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su bendición, su Palabra y la celebración de los Sacramentos” (n. 200).
En esta línea, advierte que la riqueza sin Dios “engaña y conduce a situaciones dramáticas de pobreza”, recordando a san Agustín: “Sea Dios toda tu presunción: siéntete indigente de Él, y así serás de Él colmado”.
El Papa llama a que la esperanza se traduzca en acciones concretas. “La pobreza tiene causas estructurales que deben ser afrontadas y eliminadas”, señala, y al mismo tiempo anima a generar “nuevos signos de esperanza que testimonien la caridad cristiana”.
El mensaje cita como ejemplos las casas-familia, los comedores sociales, los centros de acogida y las escuelas populares, calificándolos como “signos escondidos, pero esenciales, que sacuden la indiferencia y motivan el compromiso solidario”.
“Los pobres no son una distracción para la Iglesia, sino los hermanos y hermanas más amados”, recuerda León XIV, insistiendo en que “están en el centro de toda la acción pastoral”.