
18 Jul «Esta renovación espiritual ha dado un impulso para que sigamos esa tradición en Valencia» Álvaro Almenar, Canónigo celador del Santo Cáliz
«Estamos gratamente sorprendidos. Esto es como las bodas de Caná, cuando el mayordomo probó el vino y dijo, ¡qué vino más bueno! Pues nos ha pasado lo mismo. Primero, nos hemos quedado impactados por todo el protocolo que se ha preparado desde aquí, con la seguridad, con la organización…Pero lo que vimos en San Juan de la Peña y por la tarde en la recepción en Jaca, nos habla de este amor que tiene la gente al Santo Calixto.
La Catedral de Valencia ya es lugar de acogida y también todos los jueves tenemos las eucaristías con la Cofradía y con la Real Hermandad. Pero estos días ha sido impactante la gente con qué fervor se acercaba a venerar la reliquia y que nos habla también de las raíces cristianas de este territorio, de esta diócesis. El Santo Cáliz estuvo en Huesca, traído por San Lorenzo, en Jaca, en San Juan de la Peña, pero también en Siresa, en Yebra, en Bailo, en varios lugares, porque aquí hay una certeza: que el Cáliz que estuvo en los Pirineos es el mismo que está en la Catedral de Valencia. Eso no lo niega nadie. Así que nos habla de esas raíces cristianas y esperemos que suponga un despertar de nuestra vida cristiana.
Si existe un cáliz que pervive, es este. Así que ha supuesto también una renovación espiritual. Los valencianos también somos conscientes de que estamos contemplando una de las reliquias más importantes de la cristiandad y eso nos tiene que también llevar a un compromiso no solamente de custodia física, que lo hacemos, sino también de responsabilidad de nuestra vida cristiana.
Muchas veces nos lo recuerda nuestro arzobispo don Enrique, que contemplar el Santo Cáliz significa tener con esta mirada de piedad y de fe, no solamente un objeto físico, que lo es, que se puede estudiar, que se puede investigar, que es una joya arqueológica, sino que también tiene que ser una referencia a Jesucristo. Contemplando el Cáliz tenemos que pedir tener los mismos sentimientos de Cristo y que nuestra vida cristiana sea coherente, que a veces no lo es.
Tenemos todo el relato, toda la tradición. Por eso la Santa Sede, por la seriedad de ese relato nos dice que se puede celebrar Año Jubilar Eucarístico a perpetuidad y cada cinco años, nos invita a ese trabajo constante. Y si Dios quiere, en el último jueves de octubre, el 30 de octubre, inauguraremos el tercer Año jubilar eucarístico Cáliz de la Esperanza, que ojalá también sea un impulso para Dios desde Valencia y como nos pide el Arzobispo que sea una mirada hacia la Eucaristía, especialmente los domingos. Que el domingo sea un día donde las familias cristianas, las parroquias, sean un lugar de encuentro y de comunión alrededor del altar de la Mesa del Señor.
Poner en el centro la Eucaristía y que entendamos esta auténtica renovación espiritual que ya no queda solamente para otras generaciones, como era habitual, sino que le ha dado un impulso precioso, para que sigamos esa tradición en Valencia. También nos han enseñado mucho los jacetenses, evidentemente, de esta ilusión, de esta alegría, de esta emoción y nos vamos a Valencia cargados de esa esperanza, de esa ilusión que nos hace pensar qué afortunados somos por tener esta reliquia.