29 Oct Arzobispo de Valencia: “Quiero llamar a la unidad: que el bien común sea más importante que nuestros propios intereses” "Que tots els afectats tinguen la certesa que Déu no ha deixat d’estimar-los i que no han sigut abandonats per Ell"
El arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent, destacó que tras la DANA, “la Iglesia de Valencia desde el primer momento ha estado presente y acompañando a las poblaciones y a las parroquias que han sufrido las consecuencias”.
“Yo mismo prácticamente he visitado todas las parroquias. Cáritas está haciendo una gran labor de ayuda a personas afectadas distribuyendo ayudas concretas a personas concretas. Nos hacemos cargo de su situación. Yo pienso que, como Iglesia, estamos intentando responder a esto, y continuaremos haciéndolo. Quiero llamar a la unidad pensando que en estos momentos lo más importante son las personas afectadas, sobre todo aquellas familias que han tenido alguna víctima en sus familias. Entre todos debemos luchar para que el bien común sea más importante que nuestros propios intereses”, afirmó.
Desde las primeras visitas tras la tragedia, ya manifestó: “cuando estamos en dificultades tan grandes como esta, la tensión en la vida de la sociedad se manifiesta. Hemos de dar un testimonio de unidad, espíritu de colaboración, y podremos construir una sociedad más justa y mejor”.
En el funeral por las familias y sus familiares fallecidos señaló: “Hay dolores que no podemos curar. Nos encontramos con personas que no podemos liberarlas de su cruz, únicamente podemos ayudarlas a llevarla. En estos casos, los cristianos anunciamos que únicamente en Cristo podemos encontrar el consuelo y que nuestra misión es llevar a las personas a Cristo para que encuentren en él la paz que necesitan”.
La esperanza es el mensaje que ha transmitido también en todo este año tan difícil, precisamente en la celebración del Jubileo: “todos deberíamos aprender que la auténtica solidaridad es la de aquellos que ponen a las personas que sufren en el centro de su acción y se olvidan de sí mismos y de sus intereses. Una solidaridad cristiana es una solidaridad desinteresada. El sufrimiento se superará si juntos somos capaces de ponernos en pie, de mirar el futuro con esperanza, de unir nuestras fuerzas en favor de los más golpeados por la tragedia. Que las diferencias no lleguen a convertirse en divisiones, que las perspectivas distintas a la hora de afrontar los problemas no perjudiquen a los más necesitados, que los intereses propios no prevalezcan sobre el bien común. Solo así podremos mirar el futuro con esperanza, solo así nos podremos levantar de nuestra postración”.
El Arzobispo también apeló al ejemplo de la Mare de Déu:”Ella compartix també el sofriment de tots els que patixen. Que tots els afectats tinguen també la certesa que Déu no ha deixat d’estimar-los i que no han sigut abandonats per Ell. Els que més patixen són els que ocupen el primer lloc en el seu cor”.
