22 Dic 2025 Adriana Smith: “Los papás no somos perfectos, pero les queremos mucho y bien” Maestra y autora del cuento "Mis papás no son superhéroes"
El papa León XIV recientemente en una audiencia general hablaba de “la maravillosa aventura de la maternidad y la paternidad, incluso en contextos sociales en los que las familias fatigan en el sostener lo oneroso del cotidiano”. Es verdad que ser padre o madre no es fácil y muchas veces se busca ser el papá o la mamá perfecto y que los hijos los vean como superhéroes que no fallan. Adriana Smith, maestra valenciana y madre de tres hijos, ha escrito el cuento ‘Mis papás no son superhéroes’ para ayudar tanto a niños como a padres a vivir la familia con fallos e imperfecciones pero con mucha entrega y alegría.
Por qué este libro ‘Mis papás no son superhéroes’?
– Porque en el día a día de la familia, me he dado cuenta de la importancia de transmitir a los hijos la vulnerabilidad de los padres, vivir con naturalidad la imperfección, y transmitirles que, aunque luchamos por ser los mejores, estamos aprendiendo también a ser papás.
-¿Cómo ayuda el cuento para transmitir algunos valores, realidades, etc.?
– Considero a los cuentos una herramienta fundamental para hacer concretos algunos conceptos abstractos. A los niños les ayuda ver lo que le pasa a un tercero, como es un protagonista o personaje de un cuento, y empatizar con él, solucionar sus problemas… Ellos reflexionan y son observadores y críticos. A través de este libro infantil he podido comunicar por medio de una historia algunos valores intangibles aparentemente: el diálogo entre papá y mamá para volver a empezar, el perdón para resolver un conflicto, el amor incondicional de los padres a sus hijos y sobre todo, que los papás no somos perfectos, pero que les queremos mucho y bien.
-¿Existe el padre o la madre perfecta?
– No existe el padre o la madre perfecto, todos tenemos días buenos y días malos, además, a ser padres, se aprende sobre la marcha, pero sí podemos formarnos, dialogar mucho con la esposa o el esposo, y reflexionar sobre algunos aspectos: ¿Dónde pierdo la paz?, ¿qué puedo cambiar en mi trato contigo o con mis hijos? Hay que hablar mucho y apoyarnos el uno en el otro. Hacerlo solos es más difícil que salga adelante.
-¿Es importante que los padres pidan perdón a los hijos si se equivocan o no hacen las cosas bien? ¿Es bueno mostrar la vulnerabilidad a los hijos?
– La vulnerabilidad es bueno mostrarla, nos dignifica ser humildes y pedir perdón, les ayudamos también a ser empáticos cuando les decimos a los hijos cómo estamos. Aunque sean pequeños, no son tontos, y se dan cuenta de todo. Es la naturalidad de decir: hoy no llego, mañana con la ayuda de Dios, lo haré mejor, lo siento hijo. Además considero que para que ellos se vean capaces de, en el futuro, formar una familia, hay que desmitificar esta perfección, y hay que hacerles muy visible que todos recomenzamos una y mil veces, y que eso está bien. Somos padres las veinticuatro horas del día, también durante pospartos, duelos, circunstancias laborales adversas… es normal que a veces las cosas cuesten. Juntos y con humildad, afrontaremos cada día, con su afán. Lo más importante es estar con ellos, hablar con ellos de las cosas, y que haya un ambiente emocional rico, donde podemos contar cómo nos sentimos y nos ayudamos a afrontar el devenir de la vida.
– ¿Cómo está ayudando este libro a las familias?
– Pienso que les ayuda a ver la vulnerabilidad como un valor y no una debilidad. Creo que los papás y los hijos se pueden unir mucho leyendo el cuento. El momento de rutinas de noche, cuento, reflexión al final del día… es capital. Espero que muchas familias lo tengan como herramienta y también como disfrute y diversión, porque las ilustraciones de Naty Scabuso, son preciosas y transmiten calor de hogar, de familia, de alegría, de naturalidad y compasión hacia los más próximos: nuestros seres queridos que viven con nosotros.