04 Oct ¿Para quién soy? Saluda de Mons. Enrique Benavent con motivo del Encuentro Diocesano de Vocaciones
En la vida de cada uno de nosotros ha habido un primer encuentro. Un momento en el que el Señor marcó nuestro corazón y nuestra historia, en el que experimentamos con claridad la presencia de Cristo y nos encontramos cara a cara con Él. Este es el germen de la fe en nuestra vida. Como afirmó el Papa Benedicto XVI en la JMJ de 2011, “la fe no es fruto del esfuerzo humano, de su razón, sino que es un don de Dios”.
Desde este don que el Señor nos entrega como regalo de infinito valor, se inicia una relación de amistad y de confianza con Cristo que nos lleva a preguntarnos sobre el sentido de la vida y la misión que el Señor nos encomienda. Aquí está el cimiento para este encuentro. La pregunta ¿para quién soy? Y una respuesta en común: somos para Cristo y para la Iglesia. Aquí está nuestra tarea, ayudar a discernir y concretar la respuesta personal contando con la realidad individual y la diversidad de carismas y formas de vida de nuestra Iglesia.
En esta jornada de encuentro y comunión de muchos miembros de nuestra Iglesia diocesana queremos ayudar a que cada cristiano, cada miembro de nuestras parroquias pueda hacerse esta pregunta y pueda encontrar respuestas, pueda hallar en su Iglesia dónde vivir su vocación y desarrollar la misión que el Señor le confió desde su bautismo.
Conocemos la pregunta que el Señor nos hace, y queremos encontrar respuesta en este mundo cambiante y ruidoso en el que para muchos es complejo oír con nitidez la voz de Dios. Que este tiempo de compartir experiencias y testimonios sirva para que nuestra Iglesia aprenda y ofrezca recursos y herramientas para que todo bautizado sepa dar respuesta ante esta pregunta sobre la que se edifica toda vida cristiana.
En este siglo XXI en el que todo está interconectado y unido por ejes transversales, nuestra propuesta es que tomemos conciencia que esta pregunta y sus respuestas son el eje que debe señalar los pasos para vivir en clave de Evangelio. Acoger la llamada de Dios sobre cada uno y tratar de responderle con generosidad cada día. En este objetivo está la fuente de la verdadera felicidad, en la comunión de cada uno con Cristo y también con la Iglesia.
El Señor nos invita al encuentro, el Espíritu suscita respuestas. Que sea una ocasión para que cada uno de nosotros nos planteemos esta pregunta: y yo Señor ¿para quién soy?
Mons. Enrique Benavent Vidal
Arzobispo de Valencia